Ese año, el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, Keith Alexander, informó personalmente a Obama sobre escuchas telefónicas contra Merkel, que pudieron haber comenzado en 2002.
"Obama, sin embargo, no frenó entonces la operación de vigilancia e interceptación de comunicaciones, sino que dejó que siguiera adelante", dijo el dominical alemán citando a un alto miembro de la NSA.
La Casa Blanca, incluso, encargó un exhaustivo informe sobre Merkel porque el presidente estadunidense no confiaba en la canciller alemana y encomendó a la NSA averiguar "quién era exactamente esa mujer".
A raíz de esto, la NSA amplió sus actividades y no sólo tuvo en la mira el teléfono móvil de Merkel, sino que interceptó el contenido de los mensajes de texto (SMS), según el Bild am Sonntag.
Agregó que sólo el teléfono fijo, que tiene una protección especial, en la oficina de la Cancillería no fue interceptado por la NSA.
Tras la publicación de las primeras informaciones sobre el espionaje, Obama aseguró a Merkel durante una conversación telefónica mantenida el miércoles pasado que él no sabía que la NSA estaba espiándola, indicó el diario Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.
Asimismo, Bild am Sonntag indicó que al igual que Merkel, su antecesor, el socialdemócrata Gerhard Schroeder, también fue objeto de espionaje por parte de la NSA cuando George W. Bush era presidente de Estados Unidos.
El programa de espionaje fue iniciado durante la presidencia de George W. Bush a raíz de la negativa del gobierno alemán de participar en la guerra en Irak en el año 2002.
Alemania enviará en los próximos días una delegación "de alto nivel" a Estados Unidos para exigir respuestas sobre las acusaciones de que los servicios secretos estadunidenses escuchaban el celular de Merkel, un caso que amenaza con afectar las relaciones transatlánticas.
"Espiar es un delito y los responsables deben responder de ello", advirtió el ministro alemán de Interior, Hans-Peter Friedrich.
Según un sondeo realizado por Emnid para el Bild am Sonntag, el 76 por ciento de los alemanes cree que Obama debería ofrecer disculpas a Merkel por el espionaje de su teléfono móvil.
En cambio, solo el 17 por ciento de los encuestados estima que no es necesario que Obama pida perdón a Merkel por la interceptación de las llamadas y mensajes de texto desde hace más de una década.