Tras promulgar la norma, el gobernante explicó que Bolivia era el único país en la región que no contaba con una ley para garantizar la defensa y seguridad aérea y destacó que esta normativa permitirá a su Gobierno “combatir fundamentalmente al narcotráfico”.
“Lamentablemente en el oriente boliviano operan muchas avionetas sin permiso, al interior de Bolivia y (también) se desplazan hacia el exterior. Ahora, con esta norma, tenemos un instrumento que permitirá seguir mejorando la lucha contra el narcotráfico”, dijo.
Indicó que también será necesario seguir equipando a las Fuerzas Armadas y la Policía con tecnología para combatir el narcotráfico y otros delitos.
“La tecnología que se necesita son los radares. Estamos en conversaciones con países que nos pueden transferir o vender esta tecnología. Y será muy importante no solamente la lucha contra el narcotráfico, sino también sentar soberanía en el territorio nacional”, añadió Morales.
La nueva norma establece medidas de prevención, vigilancia y defensa del espacio aéreo, interceptando aquellas aeronaves que atraviesen cielo boliviano sin autorización.
También contempla la creación de un comando que se encargará de aplicar las medidas para la seguridad y defensa del espacio aéreo, cuyo comandante será elegido por el Ministerio de Defensa entre una terna de nombres propuesta por la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).
El ministro boliviano de Defensa, Rubén Saavedra, señaló la semana pasada que la FAB cuenta con aviones Pilatus PC-7, Mark T-33 y Karakorum K-8 para derribar aquellas aeronaves implicadas en actividades ilícitas o que violen el espacio aéreo del país.
En Bolivia, no hay antecedentes de derribo de aparatos, aunque sí de interceptación de avionetas de los narcotraficantes.