Basándose en hipótesis de trabajo, el subdirector general de la OMS, Bruce Aylward, estimó que el número de nuevos casos de personas infectadas podría pasar de unos mil por semana actualmente a entre 5.000 y 10.000 semanales a principios de diciembre.
"Podría llegar a entre 5.000 y 10.000 casos por semana hacia la primera semana de diciembre", dijo, recalcando que se trata de estimaciones de trabajo para ayudar a luchar contra el virus en el plano internacional.
"Desde hace unas tres o cuatro semanas, venimos teniendo unos mil casos por semana", agregó.
Según los últimos recuentos relativos a la epidemia, 8.914 personas contrajeron la enfermedad, de las cuales 4.447 murieron, indicó.
Para la OMS, el número de casos reales sería 1.5 veces superior al registrado en Guinea, dos veces superior en Sierra Leona y 2.5 veces superior en Liberia.
La mortalidad de la epidemia de ébola que afecta al África occidental llega al 70% en estos tres países, los más afectados.
Aylward realizó estas declaraciones después de que un empleado sudanés de la ONU que enfermó de ébola muriera en el hospital alemán donde fue ingresado tras contraer en Liberia el virus.
En España, los médicos que tratan a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería de 44 años contagiada con ébola, se mostraban relativamente optimistas porque el estado de la paciente sigue "estable", tras 15 días de enfermedad.
El avance del virus, que ha matado a más de 4.000 personas sobre todo en Africa occidental, y los esfuerzos para tratar de frenarlo estarán este martes en el centro de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York.
El presidente estadounidense Barack Obama y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, han llamado a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para hacer frente a la enfermedad.
Los ministros de Salud de la Unión Europea deben, por su parte, reunirse este jueves en Bruselas para debatir un refuerzo de las medidas de control en las fronteras y una mejora de la coordinación entre países. En el aeropuerto londinense de Heathrow, se llevaban a cabo este martes interrogatorios y controles de temperatura para los viajeros procedentes de los países más afectados.
España decidió, por su parte, formar a todo el personal, sanitario y de urgencias, susceptible de entrar en contacto con el virus. Muy criticada por su gestión del contagio de Teresa Romero, la ministra de salud, Ana Mato, compareció este martes ante el Senado para dar explicaciones.
El marido de Romero denunció el lunes los fallos que se produjeron y exigió la dimisión del consejero de Sanidad de la región de Madrid, que acusó a su mujer de haber mentido sobre lo ocurrido.
En Estados Unidos, las autoridades sanitarias alegaron un fallo en la aplicación de las medidas de protección para explicar el primer contagio en suelo americano, el de una trabajadora sanitaria del hospital de Dallas. La enferma formaba parte del equipo que trató a un paciente liberiano enfermo de ébola, que murió la semana pasada.
En Liberia, el país más afectado por la enfermedad, el personal sanitario decidió levantar la huelga que había iniciado el lunes para obtener el pago de primas de riesgo. Estos trabajadores están muy expuestos al virus en el país. Entre ellos, 201 contrajeron la enfermedad, de los cuales murieron 95, según la OMS.
La directora de la OMS, Margaret Chan, confió "no haber visto nunca una crisis sanitaria amenazar la supervivencia de sociedades y gobiernos en países ya de por sí muy pobres".