derribaron barricadas y retiraron losas de concreto que los manifestantes usaban para bloquear el paso a desnivel.
Por su parte, Beijing ofreció su condena más dura hasta a la fecha tachando las protestas de ilegales, malas para los negocios y contrarias a los intereses de Hong Kong. El gobierno central se está impacientando con las manifestaciones, el mayor desafío al control de China desde que el país asumió el mando de la ex colonia británica en 1997.
Una editorial en primera plana el miércoles del diario People's Daily, portavoz del Partido Comunista, condenó las manifestaciones y dijo que "están condenadas a fracasar".
"Los hechos y la historia nos dicen que los actos radicales e ilegales que tuvieron éxito sólo resultaron en actividades ilegales más severas, exacerbando el desorden y los disturbios", comenta el periódico en referencia a los activistas.
"La estabilidad es una bendición, y los disturbios dejan estragos", subrayó.
Sin embargo, no había indicios de que el gobierno central tuviera planes de intervenir directamente en la presión sobre los manifestantes, que piden más aperturismo en las próximas elecciones para elegir al líder del territorio, previstas para 2017.
La operación policial se produjo horas después de que un grupo numerosos de manifestantes bloqueara el túnel, extendiendo su zona de protesta tras haber sido expulsados de otras calles. Los activistas superaban en número a los policías, que posteriormente regresaron con refuerzos para despejar el área.
La policía indicó que tuvo que dispersar a los manifestantes por perturbar el orden público y reunión ilegal, deteniendo a 45 personas durante los enfrentamientos, en los que cuatro agentes resultaron heridos, según las autoridades.
"Tengo que insistir aquí en que si bien los manifestantes alzaron sus manos, no significa que fuera una protesta pacífica", señaló el vocero, Tsui Wai-Hung, agregando que algunos manifestantes patearon a los agentes y los atacaron con paraguas.
Un portavoz de la policía dijo a la televisión local que ninguno de los arrestados resultó lastimado.
El canal local de televisión TVB mostró imágenes en las que cerca de seis policías de paisano detenían a un hombre, arrojándolo al suelo y pateándolo. Tsui no ofreció detalles sobre el incidente cuando fue cuestionado al respecto por los reporteros.
El secretario de Seguridad, Lai Tung-kwok, anunció más tarde que los agentes implicados habían sido reasignados y que el departamento de policía estaba realizando una investigación.