El organismo actuó precisamente para atajar la escalada de la inflación en el país por la devaluación de la moneda nacional, aunque su efecto inmediato fue que la divisa aun cayó más. Así, a media jornada, el dólar sobrepasaba los 55 rublos y el euro se acercaba a los 69.
En su reunión mensual de política monetaria, el banco central hizo público que está dispuesto a aumentar todavía más el tipo de interés si es necesario. La inflación en Rusia ya ha alcanzado el 9,4 por ciento y tiene que superar el diez a principios del año que viene. Los precios se han disparado tras la guerra comercial con los países occidentales por la crisis ucraniana. Además, la bajada de los precios del petróleo perjudica a la economía del país que debe tener un crecimiento plano tanto en 2015 como en 2016.