En un informe, el banco de inversión propiedad de Bank of America apuntó que la Fed aumentará la tasa de interés de referencia en junio, septiembre y diciembre, para sumar un alza de 75 puntos base en 2016, en tanto que Banxico evitaría el incremento del último mes del año.
Merrill Lynch consideró que dados los fuertes fundamentos de la economía de México, la política monetaria del Banxico podría tener mayor flexibilidad en su reacción a futuras alzas de parte de la Fed, a fin de responder de mejor manera a requerimientos domésticos y externos.
“Creemos que los factores domésticos (en México) eventualmente tendrán mayor peso que la Fed. Consideren que las exportaciones continúan siendo débiles, que la política fiscal se está contrayendo debido a los mucho menores ingresos petroleros y que la inflación está bajo control”, asentó el banco.
El informe indicó que su proyección de que Banxico aumente tasas a un menor ritmo que la Fed va en sentido contrario a las expectativas generalizadas, y que está basada en que el mercado de tasas de interés y de cambio de divisas continúen funcionando de manera ordenada.
Explicó que su proyección depende además de que el impacto del tipo de cambio en la inflación continúe siendo bajo, y de que la consolidación fiscal proceda tal como fue anunciada por el gobierno federal tras ser aprobada por el Congreso.
Precisó que su análisis depende de que la Fed aumente tres veces su tasa de interés en 2016. Si la Fed realiza tan sólo dos aumentos de 25 puntos base en su tasa de interés en 2016, Banxico entonces replicaría también estas dos alzas.
En tanto, el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, dijo que México se ha preparado muy bien para enfrentar el difícil entorno externo, pero es necesario acelerar la implementación de la reformas para tener “todos los motores de crecimiento prendidos”.
Dijo que a pesar del escenario internacional complicado, sí hay “posibilidades razonables” de que los resultados económicos en México este año marquen un avance en relación con 2015.
Destacó que la inflación cerrará 2015 en un nivel “inédito”, cercano a 2.0 por ciento, en el cual continuará durante el primer semestre de 2016, y es posible que el crecimiento económico se acelere poco a poco.
Para ello, subrayó, es importante que se consolide la recuperación de la economía de Estados Unidos, pues jalaría a la mexicana, pero también a nivel interno acelerar la implementación de las reformas estructurales, para que el país tenga “todos los motores de crecimiento prendidos”.
En entrevista radiofónica, afirmó que la dimensión económica será toral, pues hay varias transiciones que no se han completado, y una de ellas es la externa, pues a nivel mundial no se ha terminado de digerir la crisis que inició en 2008, y eso traerá bajo crecimiento global y de precios de mercancías básicas.
Apuntó que la segunda transición, que ayudará a México suavizar los efectos de la primera, es que a nivel interno se dé paso al fortalecimiento de la economía a través de las reformas estructurales, en las cuales se realizan cosas buenas y de fondo, orientadas a mejorar la productividad y a distinguir al país.
Por lo tanto, consideró el banquero central, habría que acelerar la implementación de las reformas, para facilitar el tránsito por la primera transición.
Resaltó que uno de los aspectos positivos de la economía mexicana es que el mandato del Banxico está rindiendo buenas cuentas, ya que la inflación cerrará en un nivel cercano a 2.0 por ciento, lo cual es inédito y muy bueno por las implicaciones que tiene en la estabilidad financiera, las tasas de interés y el aumento en los salarios reales.
Estimó que noticias recientes como la reducción en el precio de las gasolinas y en las tarifas eléctricas de las familias al inicio de 2016, así como la mayor competencia en el mercado de telecomunicaciones, ayudarán a que esta tendencia continúe cuando menos durante el primer semestre del año.
“Entonces, es un escenario inflacionario adecuado y yo diría con un crecimiento que es posible que se vaya acelerando poco a poco”, comentó Carstens.
Lo más importante para México en el ámbito internacional, apuntó, es que se consolide la recuperación de la economía de Estados Unidos, y junto con la productividad y la depreciación del tipo de cambio real, eso haga que el sector externo empiece a jalar más a la economía mexicana.
El gobernador del Banco de México señaló que de esta forma se tendría a la economía mexicana con crecimiento interno, que fue lo que en buena parte sucedió en 2015, pero también por el lado externo.
Si se consolida la recuperación de Estados Unidos, contribuiría a estabilizar el precio del petróleo y sería más predecible la política monetaria de ese país, lo que facilitaría el trabajo que el Banxico determine su política monetaria y los flujos de capital no estén presionando al tipo de cambio, anotó.
Destacó que México tiene mayor fortaleza fiscal, un banco central autónomo, un marco institucional más sano, la Secretaría de Hacienda, a través de las coberturas petroleras, ha tratado de reducir las vulnerabilidades que representa la petrolización de las finanzas, y la libre flotación del tipo de cambio ha evitado que la depreciación del peso se traspase a la inflación.
Sostuvo que ante un entorno internacional adverso, en los últimos años la economía mexicana se ha fortalecido y se ven mucho más remotos escenarios como la crisis de 1982.
“Nos hemos preparados bien, estamos bien preparados y eso nos debería ayudar para disminuir sustancialmente las posibilidades de que a nosotros se nos presente una crisis”, aseguró el banquero central.
Comentó que pese a los imponderables del entorno externo negativo, también hay cosas buenas, como que la economía más grande del mundo que es Estados Unidos se está recuperando, y que es el principal socio comercial de México.
Señaló que si Estados Unidos va a subir sus tasas de interés, será de manera muy gradual, y eso también debería hacer que el Banxico tenga que aumentar las tasas también gradualmente.
“Ante escenario realmente complicado, yo creo que si hay unas posibilidades razonables de que los resultados económicos en México marquen un avance sobre el 2015”, expresó.
Sobre la subasta de dólares, refirió que a través de este mecanismo el Banxico utilizó alrededor de 24 mil 500 millones de dólares en apoyo al mercado cambiario, ante el choque simultáneo que se presentó por el alza en las tasas de interés de Estados Unidos y la caída precipitada de los precios del petróleo.
Mencionó que ahora parte de la defensa del tipo de cambio se realiza a través de las tasas de interés, y por ello el Banxico elevó la tasa de referencia a finales de 2015, en línea con la decisión que tomó en el mismo sentido la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
Comentó que el valor de la moneda lo determina la fortaleza de la economía en su conjunto, ante lo cual el marco macroeconómico sólido que tiene México debería de dar un comportamiento relativamente favorable con respecto a otras economías.
El mundo seguirá dominado por la incertidumbre, y para mitigarla, las autoridades financieras mexicanas deben seguir políticas sólidas apropiadas para el momento y que den certeza a los agentes económicos de que hay entidades dentro del Estado preocupadas en preservar el valor de la moneda y que la economía crezca, añadió el funcionario.