El 4 de febrero próximo en Nueva Zelanda los representantes de los 12 países integrantes del TPP firmarán el acuerdo, cuyo contenido fue dado a conocer en un extenso documento (seis mil páginas y más de 30 capítulos) el pasado 5 de octubre.
La ministra de Comercio Internacional resaltó que la firma es “simplemente un paso técnico en el proceso que permite que el texto del TPP sea llevado al Parlamento para su debate y consideración, antes de que una decisión final sea tomada”.
Resaltó que asistir a la firma la próxima semana es importante porque “preserva el estatus de Canadá como potencial socio completo del Acuerdo, con todos los derechos y poderes que ello conlleva”.
“Si Canadá no asistiera ello significaría que está fuera del TPP. Si es muy rápido para endosar el TPP es también muy pronto para cerrar la puerta”, aclaró.
En su “carta abierta a los canadienses”, Chrystia Freeland destacó que la población ha tenido y está teniendo la oportunidad de debatir, mediante un “examen robusto y transparente”, acerca de las implicaciones de este acuerdo transpacífico.
“Este proceso será totalmente público e incluirá una extensa consideración no partidista, análisis y testimonios de todas las regiones y sectores”.
El gobierno canadiense realiza una serie de consultas públicas de costa a costa del país sobre las implicaciones del TPP a nivel nacional y para las industrias nacionales.
La ministra recordó que se cuenta con un plazo máximo de dos años para su ratificación, y resaltó el interés del gobierno canadiense de propiciar un profundo debate al respecto.
Sin embargo, enfatizó que Canadá es una nación de comercio y confió en que reforzar el desempeño en el comercio internacional contribuirá a fortalecer a la clase media y mantener trabajos mejor pagados.
“Queremos expandir las oportunidades económicas para todos los canadienses, y el comercio con nuestros socios de Asia-Pacífico es clave para que ello suceda”, estableció Freeland.