impuesto" por ensamblar autos al sur de la frontera.
El presidente ejecutivo de Ford, Mark Fields, dijo que la decisión es un "voto de confianza" en Trump, pero que principalmente se debe a una caída en la demanda de autos pequeños en América del Norte y que la empresa habría tomado la misma decisión si el republicano no hubiese sido elegido.
Ford cancelará sus planes de 1,600 millones de dólares para construir una nueva planta en San Luis Potosí en México que iba a producir modelos pequeños, un proyecto que Trump había descrito como una "vergüenza absoluta".
La segunda mayor automotriz de Estados Unidos informó que fabricará nuevos autos eléctricos, híbridos y autónomos en la planta de Flat Rock, en Michigan, lo que creará 700 puestos de trabajo.
La intimidación al sector del automóvil mostró que Trump podría hacer más que cualquier otro presidente del Estados Unidos moderno para influir en las decisiones empresariales, especialmente las que tienen que ver con comercio e inversión.
En un tuit, publicado horas antes de la decisión de Ford, Trump dijo: "General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze fabricado en México a los concesionarios de Estados Unidos libre de impuestos en la frontera. ¡Háganlo en EEUU o paguen un gran impuesto fronterizo!".
GM, la mayor automotriz de Estados Unidos, dijo que fabrica el modelo Cruze en Coahuila en México como parte de una estrategia mundial, y no para venderlo en Estados Unidos.
El Gobierno de México lamentó la decisión de Ford y dijo que está seguro de que la compañía reembolsará cualquier costo asociado a la inversión.
La portavoz de Ford Jennifer Flake dijo que la automotriz se ahorrará en el corto plazo 500 millones de dólares por no abrir la planta, pero que tendrá un costo que no informó por las reformas para que otra fábrica mexicana construya el Focus.
Los ejecutivos de Ford informaron personalmente a Trump y a su vicepresidente, Mike Pence, de la decisión.
Trump había dicho repetidamente durante su campaña que si era electo no permitiría que Ford abriera la nueva planta en México y que impondría fuertes aranceles a los vehículos importados por la compañía.
La moneda mexicana perdió un 1.5 por ciento a 21.0430 pesos por dólar, presionada por los anuncios.