Algunos miembros dijeron que el BOJ debe explicar claramente cómo manejará su política monetaria y el impacto que la misma podría tener en las finanzas del banco central, de acuerdo a las minutas.
Pero otros sostuvieron que los precios al consumidor siguen lejos de la meta de un 2 por ciento, por lo que dar información sobre un posible fin del plan con demasiada antelación podría generar turbulencia en los mercados. Estos miembros destacaron que es importante que el BOJ siga con su análisis interno sobre un cambio de política.
El BoJ mantuvo su política monetaria sin cambios en la reunión de junio y mejoró su evaluación del consumo privado y el crecimiento en el extranjero, en una señal de que cree que la recuperación está cobrando impulso.
En una reunión posterior, entre el 19 y el 20 de julio, el BoJ mantuvo su política monetaria estable pero volvió a aplazar la fecha en la que espera alcanzar su meta de inflación, lo que refuerza la opinión de que se quedará a la zaga de otros bancos centrales a la hora de reducir su programa de estímulo.