La meta fiscal del gobierno era de 139.000 millones de reales (USD 43.700 millones) para 2017 y, de 129.000 millones (40.600 millones) de reales para 2018.
Meirelles, acompañado por el ministro de Planificación, Dyogo Oliveira, dijo en rueda de prensa que la medida se tomó por una caída "sustancial" de la recaudación para ambos años, así como de la estimación de crecimiento.
Según el titular de Hacienda, la inflación más baja de lo previsto, aunque positiva para el país, generó una reducción aproximada de 19.000 millones de reales para la recaudación de 2017, y de 23.000 millones de reales para 2018.
Meirelles adelantó que también pedirán al Legislativo revisar las metas de 2019 y 2020. Para el primer año la propuesta es que sea elevada de 65.000 millones de reales a 139.000 millones de reales, en tanto que para 2020, en vez del estimado superávit de 10.000 millones de reales, la meta ahora es de un déficit de 65.000 millones de reales.
El anuncio era esperado desde el viernes, cuando el presidente Michel Temer y su gabinete económico se reunieron para discutir el tema, pero el debate se prolongó hasta este martes.
En 2016, el déficit presupuestario de Brasil aumentó a 155.800 millones de reales, equivalente a 2,47% de su PIB, después del 1,88% registrado en 2015, lo que suponía el peor resultado desde la adopción del modelo de cálculo actual, en 2001.
Para mejorar las cuentas del Estado, el gobierno lanzó el año pasado un amplio programa de privatizaciones, que prevé concesiones en la gestión de varios aeropuertos del país.
La semana pasada, el ministro de Transporte, Mauricio Quintella anunció que evalúan licitaciones para 19 aeropuertos, lo que podría generar 20.000 millones de reales para las arcas del Estado.
El gobierno lanzó a finales del año pasado un plan de austeridad para tratar de recuperar la confianza de los inversionistas, incluyendo la congelación del gasto público por dos décadas.
Recientemente, el Ejecutivo brasileño anunció un recorte del gasto público y elevó los impuestos a los combustibles para achicar el enorme déficit fiscal.
Temer, con 7% de popularidad y blanco de una investigación por obstrucción a la justicia, enfrentó protestas y reclamos de industriales y transportistas.
Durante la conferencia de prensa, el ministro Oliveira anunció más medidas para comprimir el gasto público con el objetivo de que se reduzca en 70.000 millones en los próximos diez años.
La mayor economía de América Latina descarriló en 2015 con una contracción del PIB de 3,8%, seguida por otra de 3,5% en 2016, y el gobierno espera que haya una modesta recuperación de menos de 0,5% en 2017 y un crecimiento de 2% en el siguiente.