A su vez, Ottawa estaría de acuerdo en poner un tope a sus exportaciones madereras para garantizar el flujo de este producto y llegar a un acuerdo con su vecino del sur.
A tres meses de haber tomado posesión como presidente de Estados Unidos, Donald Trump impuso aranceles compensatorios de entre 3.2 por ciento y 24.12 por ciento a la madera canadiense por considerar que está subsidiada.
Esta es la quinta batalla maderera entre Canadá y Estados Unidos en tres décadas. Washington ha acusado a Ottawa ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por el supuesto subsidio a sus maderas, pero en todos los casos el organismo mundial ha fallado a favor de los productores canadienses.
Los productores canadienses advierten sobre una pérdida de 25 mil empleos y cierre de molinos por la imposición de tarifas arancelarias.
Canadá necesita del mercado estadunidense, ya que el 75 por ciento de sus exportaciones de maderas blandas anuales (ocho mil millones de dólares) van a ese mercado.
La semana pasada, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, anunció que postergaría hasta el 14 de noviembre próximo la decisión de imponer más aranceles a las importaciones de madera canadiense a fin de facilitar la posibilidad de un acuerdo.
“Mantengo el deseo de que podamos alcanzar una solución negociada que satisfaga las preocupaciones de todas las partes”, dijo Ross.
Una de las quejas de los madereros estadunidenses es que los canadienses pagan menos tarifas de mercado para cortar árboles, ya que las áreas forestales canadienses son en su mayoría propiedad de los gobiernos provinciales.
El anunció de Ross se dio un día después de reunirse en Washington con el gobernador de New Brunswick, Brian Gallant, quien le planteó que la exportación de maderas de construcción crea empleos en su provincia y ayuda a disminuir los costos de construcción en las familias estadunidenses.
Específicamente, esta provincia de la costa atlántica canadiense demanda a la administración estadunidense mantenerse exenta de los aranceles como lo ha hecho desde 1982.
Ottawa ha advertido que si Washington impone más aranceles a la madera canadiense iniciaría una querella comercial a través del Capítulo 19 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como lo ha hecho anteriormente.
“Tomaremos todos los pasos necesarios para litigar en este asunto (maderas) hasta que lleguemos a un acuerdo justo como lo hemos tenido en el pasado”, afirmó el embajador de Canadá en Estados Unidos, David MasNaughton.
Un primer acercamiento entre Ottawa y Washington se alcanzó este verano donde se impondría un tope al volumen de exportación de madera canadiense a territorio estadunidense. El tope se habría fijado en 30 por ciento del mercado de ese país.
Sin embargo, Ottawa desea incluir una provisión que le permita ir más allá del tope si hay más demanda de madera de la que la industria estadunidense puede cubrir, a los que Washington se opone.
Incluso algunas provincias canadienses, como Columbia Británica (la principal exportadora de madera a Estados Unidos), sugieren poder pagar un impuesto de exportación en lugar de tener un límite en el volumen.
El último acuerdo de maderas blandas alcanzado entre los dos países en 2006 venció en octubre de 2015 y tuvo un año de prórroga sin que hasta la fecha se haya podido renovar.
La disposición de ambos gobiernos de llegar a un acuerdo en el comercio de maderas pudiera verse afectada por la diferencia entre ellos sobre la permanencia del Capítulo 19 de resolución de controversias que se debate en las rondas de negociación del TLCAN.