“Ver que México ha pasado de estar en la posición 15, con apenas 243 MHz en asignación de espectro radioeléctrico a ocupar el segundo lugar con 584.3 MHz es una buena noticia para todos los actores del sector”, comentó el director para América y el Caribe de 5G Americas, José Otero.
Además, dijo, es un paso positivo en el camino hacia acercarse lo más posible a la recomendación de mil 960 MHz asignados para 2020 según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
No obstante, mencionó que el próximo gran reto será asignación de bloques de espectro en 600 MHz, por lo que los siguientes años serán cruciales para el futuro desarrollo de 5G, en donde la identificación y subsiguiente asignación de frecuencias en bandas medias y altas debe ser prioridad para las autoridades del país.
El pasado 6 de agosto, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) de México subastó exitosamente 120 MHz de espectro en la banda de 2.5 GHz, divididos en 80 MHz para servicios FDD (utilizados primordialmente para ofrecer servicios móviles) y 40 MHz para servicios TDD (utilizados primordialmente para ofrecer servicios fijos).
Los resultados de esta subasta ubican a México superando los 580 MHz en espectro asignado a los operadores, ubicándose como el segundo país en este rubro, superado sólo por Brasil.
Sin embargo, se posiciona con mayor cantidad de espectro asignado limpio y listo para beneficiar a los consumidores, debido a los retrasos en la limpieza de las frecuencias de 700 MHz espectro radioeléctrico.
“Aplaudimos los esfuerzos de las autoridades regulatorias para el sector de telecomunicaciones de México por sus iniciativas para fomentar el incremento en la adopción de tecnologías de banda ancha móvil en el país”, expuso en un comunicado.
Sin embargo, comentó que les preocupa el hecho de que el costo total que recaudará el Estado por 120 MHz por 20 años de la licencia supera a valor presente los mil 120 millones de dólares.
A valor corriente, la recaudación será de dos mil 440 millones por 20 años, cifra mayor a la de la mayoría de asignaciones de esta banda en procesos efectuados en Europa y América Latina, según datos de la consultora regiomontana Telconomia.
“Las telecomunicaciones tienen que comenzar a verse como una herramienta para el desarrollo, y a través del diálogo entre todos los actores debe buscarse la forma de potenciar su impacto en la economía. Verlas desde una perspectiva puramente recaudatoria puede, a largo plazo, ser contraproducente”, indicó Otero.