"Estamos entre los países con un mayor volumen de reservas del mundo", declaró la jefa de Estado en una entrevista con radios del estado de Minas Gerais.
Rousseff cifró las reservas internacionales de Brasil en 372.000 millones de dólares y aseguró que esa suma representa un "colchón" que permitirá atenuar el impacto externo sobre la moneda brasileña, que en lo que va de este año se ha depreciado cerca de un 15 %.
"Tenemos armas para encarar este proceso internacional, que no depende de decisiones de la política económica (brasileña), sino que es fruto de esa globalización financiera que impera en el mundo", sostuvo.
Según Rousseff, la política de estímulos de la Reserva Federal de Estados Unidos "ha provocado en el mundo una violenta depreciación cambiaria, porque los títulos del Tesoro estadounidense son la aplicación más segura del mundo" y los inversores "comenzaron a apostar".
En opinión de la presidenta, el nivel de reservas de Brasil le permitirá enfrentar esta situación "en mejores condiciones" que otros países.
Rousseff indicó que, pese al impacto global, la economía del país no ha dejado de crecer, aunque las previsiones para este año, que eran de una expansión del 4 % hasta diciembre pasado, han sido recortadas a un 2,5 % por su Gobierno.
Insistió además en que la inflación se mantiene "controlada" y destacó que la tasa de desempleo se mantiene en torno a un 7 %, que es considerado mínimo en relación a otros países.
Según Rousseff, esa estabilidad, junto las perspectivas del país en diversas áreas, entre las que mencionó la petrolera, "crean un clima mucho más positivo para la economía brasileña".