Tras el enorme gasto público que llevó a la reelección al fallecido Hugo Chávez, Maduro heredó unas finanzas debilitadas que están siendo su mayor dolor de cabeza para sacar adelante su administración que apenas acumula cinco meses en el cargo.
Luego de una década de control cambiario, los empresarios venezolanos dependen de la venta de dólares a la tasa oficial de 6,3 bolívares (siete veces más barato que el dólar paralelo) para producir con normalidad.
Sin embargo, en los últimos meses el Gobierno no ha vendido la cantidad demandada trayendo consigo desabastecimiento de productos básicos e inflación, algo que Maduro ha calificado como una "guerra económica" de la oposición en contra suya.
"Acabo de aprobar hoy (jueves) liberar 900 millones de dólares, como esfuerzo complementario, para invertir todas las semanas que vienen", dijo Maduro durante un acto público en el estado occidental Barinas.
"A partir de hoy se van a inyectar, por lo menos, 100 millones de dólares en el sistema Sicad", agregó desde la tierra natal del ex presidente Chávez.
Sin embargo, el mandatario no precisó la periodicidad de las subastas a través del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), que vendió un promedio de 200 millones de dólares cada 15 días en los últimos meses.
El Sicad ha funcionado irregularmente y a pesar de haber sido relanzado a mediados del año, dejó de subastar divisas desde fines de agosto.
Cámaras y gremios empresariales han denunciado que la gran mayoría de sus agremiados apenas han visto los dólares preferenciales del Gobierno.
Más temprano, Maduro garantizó el abastecimiento de divisas para lo que resta del año ante las advertencias de analistas que aseguran que fallará la oferta durante la temporada navideña.
"Quiero ratificarle a Venezuela que los dólares que la patria necesita para su completo funcionamiento están garantizados plena y completamente, hasta el 31 de diciembre, sin problemas", dijo Maduro durante un acto con militares.
En el 2003, Chávez impuso el control cambiario en Venezuela para frenar la fuga de capitales y atajar la inflación, pero tras una década de controles, los objetivos no se cumplieron y el país se apresta a cerrar el año con la inflación más alta del continente mientras depende cada vez más de sus importaciones. Desde hace unas semanas, el Gobierno socialista de Maduro prepara una nueva fuente de divisas.
Sin embargo, poco se sabe todavía del nuevo sistema, aunque autoridades han barajado la posibilidad de relanzar un mercado de transacción de deuda estatal en moneda extranjera conocido como "permuta", para complementar las operaciones tradicionales del administrador oficial, Cadivi, y del Sicad.