Los 28 Estados miembros propusieron inicialmente un presupuesto de 135 mil millones de euros, que el Parlamento pidió aumentar en mil 400 millones. Finalmente, los países del bloque aceptaron poner 500 millones más sobre la mesa, precisó la Comisión.
El presupuesto de 2014, de 135 mil 500 millones de euros, será un 9.4% inferior al de 2013, prueba del ajuste financiero de la Unión.
El acuerdo aún tiene que ser aprobado formalmente por los ministros y los eurodiputados, los días 19 y 20 de noviembre, según la presidencia lituana del bloque.
Dicho acuerdo abre también la vía a la adopción por el Parlamento, el día 19 de este mes, del presupuesto plurianual de la Unión Europea para el período 2014-2020.
El viceministro lituano de Finanzas, Algimantas Rimkunas, se felicitó por un acuerdo que garantiza “la financiación de sectores prioritarios como el crecimiento, el empleo y la ayuda humanitaria”.
El presupuesto prevé concretamente más dinero para la gestión de los refugiados sirios.
Por pedido de Italia, tras el drama de Lampedusa, los negociadores aceptaron también “reforzar los fondos” destinados al control de la inmigración y a la agencia Frontex de vigilancia de las fronteras europeas, precisó el viceministro.
Por otro lado, 62.4 millones de euros estarán destinados el año que viene al “crecimiento inteligente e inclusivo”, es decir, financiación de infraestructuras de transporte y ayudas a pequeñas y medianas empresas.
Rechazan consumidores europeos acuerdo comercial UE-EU
La Organización de Consumidores Europeos (BEUC) expresó hoy su rechazo al tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos por temer que conlleve una rebaja en criterios de seguridad y sanidad en alimentos y medicinas.
“Este acuerdo tiene la potencialidad negativa de alterar las normas de seguridad y protección del consumidor”, afirmó la directora general de la entidad, Monique Goyens, en conferencia de prensa.
Autoridades de las dos mayores potencias mundiales celebran esta semana en esta capital la segunda ronda de negociaciones para el futuro pacto, centrada en la armonización de normas y estándares de producción.
Junto con la organización no gubernamental Amigos de la Tierra y la Alianza Europea por la Salud Pública, la BEUC acusó a las industrias estadounidenses de “intentar relajar los estándares sanitarios europeos”, los más estrictos del mundo.
“La industria alimentaria europea exigirá también relajar sus estándares porque para la industria estadounidense sería más barato producir”, argumentó Goyens.
La representante de la BEUC sostiene que, aunque se mantengan las normas para los productores de la UE, Estados Unidos podría ganar el derecho de exportar mercancías sujetas a las reglas nacionales, más flexibles, lo que supondría un riesgo para los consumidores del viejo continente.
Entre los productos que suscitan inquietud destacan los alimentos genéticamente modificados (OGM), autorizados en Estados Unidos, pero rechazados por muchos países europeos.
La UE estima que el pacto transatlántico podría generar beneficios de hasta 275 mil millones de euros anuales para ambas partes gracias a la eliminación de tarifas aduaneras y a la armonización de normas y estándares de producción.
El objetivo de los dos socios es concluir las negociaciones antes de las elecciones europeas de mayo de 2014, pero diversas fuentes diplomáticas coinciden en que ello no ocurrirá antes de 2015.