La caída tanto de la bolsa de Moscú como del rublo se viene dando desde principios de año. Aunque este tres de marzo el hundimiento de las cotizaciones ha sido masivo, sobre todo entre las bancarias y energéticas. En relación a la moneda, su devaluación es constante desde hace unos meses por la huida de capitales de los países emergentes.
Pero, además, la economía rusa se encuentra prácticamente estancada. Los problemas propios del país se han visto agudizados por la bajada de precios de las materias primas de las cuales es dependiente. Rusia solo creció un 1,3 por ciento en 2013.
“No es nada bueno”, se lamentaba una ciudadana en las calles de Moscú. “No tengo sensaciones positivas sobre lo que pasa. Creo que las razones son bastante claras: la situación política, la inestable situación económica, un crecimiento más lento… “.
No está claro que la intervención del banco central ruso sea suficiente para calmar a los mercados. Únicamente este lunes, se calcula que vendió diez mil millones de dólares en divisas para seguir defendiendo el rublo. Y, la otra incógnita, son las posibles sanciones económicas al país.