El acuerdo se ha alcanzado durante la visita de Vladímir Putin a Shanghái, donde se celebra la IV Conferencia sobre Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia.
El contrato ofrece a China, primer consumidor mundial de energía, una fuente alternativa de aprovisionamiento, y a Rusia una nueva salida en un momento de máxima tensión con sus tradicionales clientes europeos, a causa de la crisis ucraniana.
El suministro de gas natural comenzará en 2018. El precio de venta para los próximos 30 años supera los 290.000 millones de euros.