En un discurso ante la Cámara de Comercio de EU en Alemania, la jefa del Gobierno alemán aseguró que “a lo largo del próximo año” las conversaciones entre los representantes de Washington y Bruselas concluirán con éxito y se rubricará el denominado Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP).
“Es un gran proyecto por el que merece la pena luchar. Lo conseguiremos”, aseguró confiada la canciller.
A su juicio, uno de los temas más importantes de las negociaciones es la equiparación de las normativas y estándares entre ambos bloques económicos, algo que reducirá los costes de las empresas e impulsará el poder adquisitivo de familias y empresas.
En efecto, esta es una de las cuestiones que más preocupación está suscitando en Alemania, tanto entre los partidos de la oposición como en la sociedad civil, por la posibilidad de que se reduzcan los estándares medioambientales, de que entren en Europa alimentos transgénicos y de que se iguale a la baja el derecho a la protección de datos.
Merkel abogó por un “diálogo abierto” y por transparencia durante las negociaciones para atraer a la sociedad civil y pidió a los críticos que tengan en cuenta el número de puestos de trabajo que se prevé que el TTIP pueda llegar a crear en Europa.
A nivel político y estratégico, la canciller recalcó que este tratado “podría revivir” los lazos transatlánticos.