“La predisposición de Lituania para adoptar el euro refleja su voluntad desde hace tiempo de aplicar unas políticas fiscales prudentes y reformas económicas serias”, justificó el comisario de Economía, el finlandés Oli Rehn. “Este momento de reformas, decididas en parte por la entrada de Lituania en la Unión Europea hace diez años, ha llevado a unas cotas impresionantes de prosperidad a los lituanos”.
Este país de tres millones de habitantes y miembro de la UE desde 2004 cumple con un déficit público menor al tres por ciento y una deuda de solo el 39 por ciento. La única advertencia del Banco Central Europeo es su baja inflación. En el último año, la media se ha situado en seis décimas a causa de la caída de los precios de las materias primas y de la ralentización de los de la energía.