A principios de junio, el barril de Brent aun estaba por debajo de los 110 dólares. Pero, a partir de la ofensiva de los yihadistas el 9 de junio en el norte de Irak, el crudo empezó a encarecerse de forma repentina.
“Irak es uno de principales países productores y exportadores de petróleo”, recuerda el jefe de materias primas del Commerzbank alemán. “Ahora, es el segundo de la OPEP por delante de Irán. Aunque la producción iraquí se reduzca solo un poco, esto tendrá un gran impacto en el precio y algunos analistas predicen que llegue a los 125 dólares e incluso a los 150 por barril”.
De momento, las noticias que llegan del ataque a la refinería de Biyi (doscientos kilómetros al norte de Bagdad) es que el ejército gubernamental ha recuperado la posición. Y la mayoría de pozos se encuentran en el sur del país. Pero China, que es el mayor inversor en el sector petrolífero iraquí, anunció que evacuaba a regiones más seguras sus trabajadores sobre el terreno.