Fiat se convierte en holandés tras fusionarse con Chrysler

“Presentamos un proyecto de fusión que comporta una nueva sede y el cambio de nombre de la compañía”, explicó ante los accionistas para convencerlos el presidente de Fiat y heredero de la dinastía Agneli, John Elkann. “Con la asamblea de hoy, iniciamos el futuro de nuestra sociedad”.

Para algunos de estos accionistas, el cambio de sede y de denominación no deja de ser traumático y temen que se pierdan las señas de identidad italianas.

Fiat es toda una institución en Turín, donde la familia Agneli fundó la Fabbrica Italiana Automobile Torino en 1899. El año 2009, la empresa decidió entrar en el capital del estadounidense Chrysler entonces en crisis. A partir de este primero de agosto de 2014, el nuevo FCA ya cuenta con un logo diferente, la sede en Holanda y su domicialización fiscal en el Reino Unido.

El objetivo de todos estos cambios es internacionalizar la compañía que, ahora, se beneficia de la buena situación de Chrysler. Ante la fuerte crisis en la eurozona, que ha hundido las ventas del italiano, el estadoudinense ha permitido aprovechar nuevos mercados. En 2013, la cifra de negocios de la nueva empresa fusionada fue tres veces más elevada que diez años atrás y el número de vehículos vendidos 4.400.000. El objetivo de aquí a 2018 es llegar a los siete millones. Para ello, el nuevo estatus jurídico holandés le permitirá introducirse en la bolsa de Nueva York a partir de octubre y encontrar una mayor financiación.

 

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