La tarde lluviosa de este jueves, el periodista mexicano Jacobo Zabludovsky fue sepultado en el Panteón Israelita, luego de la realización de un acto fúnebre judío al que asistieron diversas personalidades.
El entierro tuvo lugar unas diez horas después de su fallecimiento, tras un velatorio en una funeraria a la que llegaron decenas de coronas de flores de amigos e instituciones.
Al lugar llegaron la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, entre otros.
Funcionarios del gobierno federal, estatal y capitalino acudieron para dar el pésame a su esposa Sara y sus hijos Diana, Abraham y Jorge.
Numerosas personalidades del mundo de la comunicación como el presidente del Consejo de Administración de Televisa, Emilio Azcarraga Jean, el presidente y principal accionista de Grupo Radio Centro, Francisco Aguirre, o el también periodista Joaquín López-Dóriga, acudieron a la funeraria donde tuvo lugar el velorio.
En la ceremonia previa a la sepultura hubo unas palabras del rabino de la Comunidad Askenazi de México, Sergio Slomiansky, quien recordó de Zabludovsky la “sonrisa que lo caracterizaba”, “su sencillez, su carisma, su manera muy especial de ser”.Fue “muy muy bueno” y una “persona que se daba a querer”, dijo.
JACOBO DEJÓ HUELLA
- Zabludovsky fue uno de los grandes periodistas de los siglos XX y XXI, afirmóZabludovsky a su llegada al panteón, donde fueron sepultados los restos de su padre.
“Mi padre dejó una huella en una manera de hacer noticiarios, noticiarios hechos por periodistas, formatos originales con ambición internacional de medirse con los más grandes. Su trayectoria debe ser revisada objetivamente, pues es uno de los grandes periodistas del siglo XX y XXI de México, sin dudas alguna", consideró su hijo.
Ante la prensa, Abraham destacó que Jacobo Zabludovsky fue un “hombre de mucho trabajo, de gran cultura y muy respetuoso de los demás. Vino de orígenes modestos y nunca olvidó de dónde venía, ni quién era. Fue leal a su barrio, a su tribu y a su clan".
A las afueras del Panteón Israelita, de esta ciudad, a donde han acudido diversas personalidades de la comunicación, los espectáculos y la política, el periodista destacó que su progenitor no entendía su vida sin su trabajo.
“Su identidad era su trabajo profesional. Era muy trabajador, era el primero en llegar y el último en irse”, dijo.
En su familia, tras la muerte de Zabludovsky, esta madrugada a los 87 años, quedará un vacío irreparable:
“Para mis hermanos, mis sobrinos, mis hijos, los nietos de mi papá, los bisnietos, es un vacío irreparable. Hay en el corazón una tristeza inmensa, siempre es sorpresivo (la muerte)”.
Compartió que hace algún tiempo le preguntó a su padre: “’¿Cada cuándo piensas en tu papá?’ y me dijo: ‘todos los días’. Yo también así lo haré y el homenaje que se le va a rendir yo se lo rendiré todos los días".
Aseguró que no quedó nada pendiente por decirle a su padre, pues siempre se dijeron todo y con todo el amor posible.
“Yo hablaba todos los días con él a las 7 de la mañana. Teníamos la primera conversación a esa hora y a veces había otras dos o tres conversaciones en el día. Nos frecuentábamos mucho y yo le decía que ya dejara de trabajar, pero él no entendía su vida sin su trabajo”, recalcó.
Al Panteón Israelita acudieron a darle el último adiós su esposa Sarita, los periodistas Joaquín López-Dóriga y Adela Micha; el presidente de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean y José Bastón presidente de Televisión y Contenidos de esa televisora; los actores María Victoria, César Costa y Mauricio Herrera.