La reactivación de la productividad de los trabajadores mexicanos es un elemento esencial para impulsar el crecimiento económico (estancado durante los últimos 20 años), sin embargo, no solo se trata de invertir en capacitación laboral, sino
enfocarse en el desarrollo de los mexicanos de cero a seis años de edad, aseguró el premio Nobel de Economía, James Heckman.
En México la productividad de los factores ha caído 0.33% en promedio en los últimos 20 años, mientras que el crecimiento de la economía se ha mantenido en 2.5% anual, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En entrevista con CNNExpansión, Heckman dijo que la niñez, en especial los niños de hasta seis años, es la que recibe menos atención, por lo que es probable que la falta de inversión tenga grandes efectos en su formación, sobre todo en aquellos que crecen en entornos desfavorables o en pobreza.
“Una fuente de productividad es la educación y las habilidades. México comparado con otros países de igual desarrollo tiene un bajo nivel de educación (...) Creo que otra reforma que también se puede hacer es convertir a la fuerza de trabajo de México más productiva dándoles más años de escolaridad, pero de calidad.
“Pensamos que la productividad es construir mejores máquinas o tener mayores fuerzas de trabajo sino una fuerza laboral con habilidades, una población más educada, con educación que se adapte a la demanda del trabajo”, dijo el experto.
Cada año, México invierte cerca del 6% del PIB en educación, en línea que el resto de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Sin embargo en su estudio Políticas para promover el crecimiento y eficiencia económica en México, Heckman señaló que los sindicatos de docentes absorben una cantidad considerable de recursos en beneficios para sus agremiados y se oponen a la compensación basada en su rendimiento.
Agregó que estudios recientes de neurociencia, psicología e incluso económicos muestran que el aprendizaje temprano da un mayor valor a las destrezas adquiridas de los niños, lo que conduce a la motivación para aprender más, aunado a que el IQ puede desarrollarse potencialmente antes de los tres años de edad.
En este contexto, para el también profesor de la Universidad de Chicago, el entorno familiar resulta determinante para el progreso de un individuo y los niveles de productividad.
“Desde hace 15 años, la familia mexicana está cambiando. Cada vez más niños nacen en familias con padres separados. E incluso cuando los niños tienen un padre, este a veces está trabajando en Estados Unidos, ilegal o legalmente, lejos de casa, provee más, pero al mismo tiempo no proporciona una paternidad y no quiero hacer juicios morales pero sabemos que esos no son buenos ambientes para criar a un niño.
“Y niños de muchos de esos hogares no van a ser productivos simplemente porque no cuentan con los recursos y esa es una oportunidad de productividad perdida. No solo se trata de productividad sino de oportunidades sociales. Si das oportunidades tendrás productividad y de hecho así puedes hacer un México más equitativo”.