La Iglesia Católica continúa con su ofensiva en contra de la propuesta del Ejecutivo Federal para legalizar el matrimonio homosexual, esto desde su semanario “Desde la Fe”, en sus sermones y en sus plataformas digitales.
A través de la Arquidiócesis que dirige Norberto Rivera Carrera ayer domingo dio a conocer un artículo denominado: “¿Por qué la Iglesia se opone a la iniciativa del Presidente que promueve el ´matrimonio igualitario´?”, al que desde el título descalifica.
A través de su tarea “evangelizadora” el Clero reflexiona de cómo una unión de este tipo “genera un grave daño espiritual”.
En su texto que reparte de forma gratuita en diarios impresos y difunde en plataformas digitales, niega que la iglesia discrimine a los homosexuales.
Para la Iglesia Católica su catecismo enseña que las relaciones homosexuales “no pueden recibir aprobación” (CEC 2357), pero también enseña que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará todo signo de discriminación injusta.” (CEC 2358)
En este catecismo llama solteros, divorciados o viudos a “que vivan en continencia, en castidad (ver CEC 2359). Y no lo pide para molestarlos sino para beneficiarlos”.
Y señala: “la identidad de un ser humano no puede ser su apetito sexual. Es ante todo, hijo de Dios, tiene dones, cualidades, es miembro de una familia, de una sociedad”.
En el documento dirigido a los laicos se advierte. “Identificarse sólo por su inclinación sexual, permitir que ésta le defina, es limitarse”.
La Iglesia subraya: “que la relación sexual es una expresión de amor entre un hombre y una mujer, que se dan el uno al otro totalmente. Dicha entrega debe ser sostenida por Dios, que le da a los esposos la gracia de amarse como Él los ama, ser fieles y mantenerse unidos hasta que la muerte los separe”.
En todo momento se declara partidario del matrimonio porque en él se “alcanza verdadera plenitud la relación sexual, que santifica a los cónyuges en una entrega mutua abierta a la vida” y que “fuera del Matrimonio la relación sexual satisface e momento pero deja un vacío espiritual”.
Remata: “la Iglesia sólo admite el Matrimonio entre hombre y mujer, porque así lo establece la Palabra de Dios”.
En otra parte de este artículo se advierte que los angloparlantes “llaman a los heterosexuales ‘straight’, es decir ‘rectos’, término aceptado por los propios homosexuales, y que implica que la homosexualidad es una desviación”.
Por lo “que todo ser humano tiene desviaciones, por ejemplo hacia la ira, el rencor, la avaricia, la gula, la lujuria, etc. y lo que necesita es que se le ayude a corregirla, no que se le propicie caer en ella”.
Después en su crítica al Ejecutivo ejemplifica que la mentira no pude difundirse a través de los medios de comunicación y después bajo presión el “Estado cediera” y “legalizara su desviación hacia la mentira, la Iglesia no lo aprobaría”.
Pecado grave la relación homosexual
Por otra parte, en su texto difundido en web y en papel se precisa que “quien tiene una desviación sexual, la Iglesia quiere ayudarle a controlarla, no a entregarse a ella”.
Y consigna: “que el Estado vuelva algo legal no lo hace moral”: remata: “la Iglesia considera pecado grave la relación sexual homosexual”.
Por eso la Iglesia, “dice que mira con compasiva comprensión a todos los homosexuales, se preocupa por ellos y los exhorta a esforzarse por vivir en continencia y castidad, fortalecidos con la ayuda sacramental”.
El texto remata en cita al Papa Francisco que dijo: “Si una persona gay se acerca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticar?”, no estaba aprobando la relación homosexual, sino “invitando a los homosexuales a acercarse a Dios, y a experimentar la dicha y la paz de amoldar su vida a la divina voluntad”.