Rocío Miranda Pérez, Presidenta de Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, rechazó el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar anunciado por el Presidente Enrique Peña Nieto por carecer del consenso real de todos los sectores productivos y advirtió las medidas “antigasolinazo” serán reales
cuando el precio de las gasolinas sean por lo menos los de Diciembre de 2016.
Sostuvo que un Pacto Económico y Social Incluyente será verdad cuando se reactive la producción de energéticos en las refinerías que aún le quedan al país; aumenten los salarios mínimos a la clase trabajadora incluyendo a los jornaleros agrícolas, los obreros y las jefas de familia quienes son el sustento económico del 25% de los hogares en México.
No hay que olvidar, resaltó, que en México se desplomó el poder adquisitivo del mexicano en más de un 11% y los precios de los productos básicos han aumentado en un 26.9 por ciento, mientras el salario mínimo sólo un 12.8 por ciento como lo revelaron recientemente especialistas en economía de la UNAM
Sostuvo que es una realidad que con un ingreso mínimo únicamente se puede comprar el 33.5 por ciento de los 40 alimentos incluidos en la Canasta Alimenticia Recomendable como lo advierten investigadores de la máxima casa de estudios.
Por ello, insistió en que un Acuerdo en pro de la Economía Familiar reclama la participación de la sociedad y de todos los actores políticos y económicos del país.
Asimismo, agregó, la unidad nacional se reflejará cuando haya reducción y austeridad presupuestal en los partidos políticos, en el INE y en los altos mandos de la burocracia gubernamental así como en los ingreso de los integrantes de las cámaras de Senadores y Diputados.
En entrevista, la dirigente campesina lamentó que en pleno siglo XXI regresen los Pactos Económicos del priísmo de la década de los 80´s cuando estamos en medio de las crecientes protestas en el país por el “gasolinazo”.
Por lo anterior, luego de analizar el Acuerdo que contempla 4 ejes y diversas acciones pero no precisa realmente cuál será el beneficio directo a la clase más desprotegida del país, sostuvo que un acuerdo de esta naturaleza no se puede concretar en tres días cuando la nación se “convulsiona en la protesta”.
Lamentó que no se den cifras reales de ahorro en transporte o descenso en el valor de la canasta básica alimentaria y sí se asegure que, en caso de desabasto de alimentos habrá importación y, en caso de violencia y vandalismo, entrará la Policía Federal así como sanciones severas a los especuladores.
Rocío Miranda Pérez, coincidió con la Iniciativa Privada en el sentido de que los acuerdos improvisados, incompletos e insuficientes no sirven a la nación de tal suerte que hacer “fast track” adolece del consenso social y por tanto está destinado al fracaso.
La Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina (UFIC) manifiesta, por tanto, dijo, su rechazo al gasolinazo porque agravia a los productores agrícolas, a indígenas y campesinos, a los trabajadores, significa un acto más de traición a la patria.
Lo real es que el gasolinazo elevará los costos de producción de los alimentos, lo que se traduce en consecuencias nocivas para la mesa de todos los mexicanos.
Ante esto la UFIC se suma a la lucha reivindicando: que disminuya el precio de la gasolina a que se tenía en diciembre de 2016, se tomen las medidas necesarias para que se produzcan en México; disminuir la exportación de crudo; mejoras técnicas en las refinerías y proyectar la construcción de las que sean necesarias.
También se requiere la derogación de las Reformas Estructurales, impulsar el Plan de Producción de Alimentos Familiar, Comunitario e Indígena, en donde se tenga como objetivos: la recuperación del mercado interno a partir del desarrollo económico regional aprovechando los recursos locales y los mercados locales.
Así como potenciar la producción de alimentos básicos como maíz, frijol, arroz en lo que somos mayoritariamente dependientes, destacar y rescatar la producción local y regional de alimentos porque precisamente los transportes tan lejanos encarecen los costos de distribución que es donde los grandes agroindustriales y los brokers se llevan las ganancias, concluyó.