Dallas.- Obispos de México y Estados Unidos concluyeron hoy una reunión de tres días en la comunidad fronteriza de San Juan, en el sureste de Texas, reafirmando su compromiso de ofrecer ayuda espiritual, legal y material a los inmigrantes ante las políticas del presidente estadunidense Donald Trump.
Más de 20 veinte obispos de diócesis estadunidenses ubicadas a lo largo de la frontera, desde Brownsville a Los Ángeles, y de ciudades mexicanas de Matamoros a Ciudad Juárez, se reunieron para discutir aquí durante tres días asuntos de inmigración con el nuncio apostólico en Estados Unidos, Christophe Pierre.
Los obispos emitieron una carta en la que denunciaron un "sistema de inmigración roto", y expresaron su indignación por las condiciones "intolerables e inhumanas" de algunos centros de detención de inmigrantes ubicados a lo largo de la frontera.
"Hemos visto el dolor, el miedo y la angustia sufridos por las personas que han venido a nosotros", se indicó en la misiva. "Muchos han sido extorsionados en su lugar de trabajo, han vivido bajo la constante amenaza de deportación y han sufrido el temor de la posible separación de sus familias y amigos".
El documento, que la Iglesia hará publico para aumentar la conciencia de los feligreses católicos, aborda también la retórica política actual y pide a las autoridades gubernamentales un trato humano para los inmigrantes.
"Esta realidad se pone de manifiesto a medida que consideramos las medidas adoptadas por la actual administración", dijeron los obispos. "Es esencial que los gobiernos adopten políticas que respeten los derechos humanos de los migrantes y los residentes indocumentados".
Pierre, representante personal del Papa en Estados Unidos, visitó en el sureste de Texas las instalaciones de detención de inmigrantes de la Patrulla Fronteriza y habló con agentes fronterizos, así como con defensores de los derechos de los inmigrantes y representantes de los consulados de México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Pierre, también visitó un centro de detención en McAllen y el Centro de Respaldo Humanitario del Sagrado Corazón, donde dio la bendición a inmigrantes recién liberados de uno de esos centros.