Asaltan hogar de Sócrates Campos y dejan mensaje

SEGURIDAD Y JUSTICIA 2web

Los periodistas mexicanos enfrentan la mayor amenaza en la historia del país, representada por la violencia brutal y la muerte, a través de levantones, agresiones, atentados y asesinatos. La muerte tiene permiso en nuestro país para matar a miles de personas, entre ellas, a periodistas.

Es el cuarto jinete mencionado en el Apocalipsis o libro de las Revelaciones. Es el símbolo de la muerte y devastación que recorre México y cabalga sobre la espalda, pisotea y siega la vida de los mexicanos, de costa a costa y de frontera a frontera.

“Miré, y he aquí un caballo amarillo y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra”. (Apocalipsis capítulos 8-9 y 16).

El cuarto jinete parece ser una combinación de los tres jinetes previos. El cuarto jinete traerá más guerra y terribles hambrunas junto con terribles plagas y enfermedades.

Lo que es más asombroso, o quizá terrorífico, es que los cuatro jinetes del Apocalipsis, sólo son “precursores” de juicios aún peores que ocurrirán posteriormente en la Tribulación. Hades, el Dios de los Muertos y guardián de los infiernos está presente en la espiral de la violencia brutal es una creciente bola de nieve que amenaza convertirse en una avalancha que arrase con todos.

Sin visos de exageración realmente resulta altamente alarmante que la ONG inglesa Artículo 19, fundada hace 30 años para la defensa de la libertad de expresión, revela que más de la mitad de los ataques a periodistas en México fueron ordenados por funcionarios del Estado.

El informe titulado ‘Libertades en resistencia’ registró una a una estas agresiones y llegó a la conclusión que de las 426 palizas, anónimos, advertencias o asesinatos, más de la mitad, 257, fueron cometidas por funcionarios públicos o partidos políticos y 17 por el crimen organizado. De ellas el 40% fueron cometidas por autoridades estatales, el 35% municipales y el 25% federales, señala el documento, lo que deja entrever que la ejecución de periodistas pudiera, en realidad, tratarse de crímenes de estado.

Esta patética, por dramática conclusión, obliga a preguntar por qué los funcionarios del Estado mexicano que tienen la oportunidad de servir al pueblo y a sus compatriotas entre los que se encuentran los periodistas, ordenan atacar y asesinar a éstos.

¿Por qué se pasó del menosprecio y de la sutil censura y de la negativa de otorgar publicidad por los diversos órdenes de Gobierno al abierto desprecio por la integridad física y la vida de los periodistas mexicanos? ¿Cuál fue el punto de quiebre en la relación entre funcionarios y periodistas?

Garantizada, a nuestro juicio, la total impunidad de los abusos del poder por la ingeniería constitucional, la sociedad tiene como única defensa real la denuncia de las injusticias en los medios de comunicación impresos, electrónicos y, ahora, digitales, incluyendo a las redes sociales.

De ahí que los periodistas resulten más que incómodos, molestos, al pisar callos de los funcionarios corruptos y arbitrarios, pero también de los políticos y de los empresarios.

Indispensable es reiterar que los periodistas no somos enemigos de ningún poder de iure ni de facto, menos de los diversos órdenes de Gobierno y del Estado mexicano. Tampoco somos sus cómplices.

Por tal motivo, exigimos que los ataques a los periodistas sean investigados de manera exhaustiva y que no se busque simples ‘chivos expiatorios’ al culpar a priori a las bandas del crimen organizado o a los cárteles del narcotráfico.

La ONG Artículo 19 critica a la Fiscalía creada para perseguir las agresiones a la prensa por no conseguir ni una condena desde su creación en 2007.

Los redactores que trabajan en las zonas más peligrosas del país suelen decir que se convirtieron en “corresponsales de guerra” cuando la “guerra los alcanzó”.

Tras el asesinato de tres periodistas el mes pasado, Miroslava, Cecilio, Ricardo, en tres puntos distintos del país- Guerrero, Veracruz y Chihuahua- se extiende la idea de que marzo ha sido un mes fatídico para la prensa en México.

El amplio informe presentado el pasado jueves por Artículo 19 confirma que se trata solo del punto más alto de una tendencia que no deja de crecer desde hace años; un mes malo, en un año fatídico, en el marco de una década trágica, que cuenta sus muertos por decenas.

A estas ejecuciones se suman las agresiones a periodistas oaxaqueños en Tuxtepec, el encarcelamiento del compañero Romualdo Santiago en Matías Romero, la lesión en la mano al fotoreportero Hugo Velasco y el asalto al hogar de Sócrates Campos Lemus.

En el Foro Libertad de Expresión, a través de las Plumas, el columnista y escritor atribuyó el mensaje del robo de su computadora en su hogar a Gabino Cué y a su banda de 40 ladrones, entre los que mencionó a Jorge Enrique Castillo Díaz, a José Zorrilla de San Martín Diego, a Netzahualcóyotl Salvatierra y a Alberto Vargas Varela, quienes siguen totalmente impunes.

Durante su participación en el Foro consideró que el robo de su computadora en su hogar es un mensaje muy claro de aquellos funcionarios corruptos a los que de manera insistente denuncia en sus columnas y en su programa Punto Final de MVMTelevisión.

Campos Lemus demandó una investigación a fondo para conocer la identidad de los autores intelectuales y materiales del asalto a su hogar, reclamo al que nos sumamos al tiempo que condenamos enérgicamente este atentado a la libertad de expresión.

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