Alegría, tristeza, emoción, depresión, fueron los sentimientos expresados por millones de personas que visitaron los panteones del país para conmemorar este sábado y domingo las celebraciones de Día de Muertos, con la finalidad de convivir unas horas con sus seres queridos ya fallecidos.
Cargando veladoras, flores de cempasúchil, alimentos, palas, picos, entre otros enseres, los creyentes de la fiesta popular vistieron los camposantos en estructuras con vida donde uno se podía encontrar desde una amigable cena, juego de cartas o un grupo musical recordando las canciones del fallecido.
En el caso del Distrito Federal, sus 120 panteones recibieron a más de dos millones de visitantes, quienes saturaron las vialidades anexas a estos, de donde se podía observar a los “agüeros” cobrar una cuota de 20 pesos por llevar o traer el agua que se usó para limpiar las lápidas en honor al muerto.
Mientras tanto, otros aprovecharon la oportunidad para rentar sus “picos y palas” a 100 pesos la hora, con la finalidad de que se remozara la vegetación del mausoleo, se arreglaran las partes rotas del mismo, o simplemente para que el panteonero acomodara los huesos del pequeño espacio de la tumba.
En tanto, grupos musicales dejaron la Plaza Garibaldi para asistir a los camposantos a alegrar los corazones de los deudos con melodías que costaban 200 pesos, tres canciones, provocando las lágrimas de los escuchas que solicitaron sus servicios intensamente.
Sin embargo, la verdadera fiesta se celebró a las 12:00 horas de este 2 de noviembre donde pueblos como Mixquic, Pátzcuaro, Guanajuato, entre otros miles más, se vistieron de luces multicolores y de un olor a incienso digno para los que ya no están.
Mientras tanto, otros prefirieron dejar de lado las costumbres añejas para mejor acudir a las fiestas de día de Halloween o Día de Brujas, visitar las ofrendas puestas por los grandes museos, acudir a marchas de catrinas, o simplemente quedarse en casa a ver una película de terror.
La ofrenda del Zócalo
Calaveras gigantes dedicadas a poetas y narradores de la literatura esperaban en el Zócalo el arribo de capitalinos y turistas. Eran parte de la ofrenda del Día de Muertos ¡Puesto que muero existo!”.
Los 24 cráneos de gran formato, creados por el Colectivo Última hora, del Faro de Oriente, se bautizaron con los nombres de María del Carmen Millán, Efraín Huerta, Carlos Monsiváis, Julio Cortázar, Octavio Paz, José Emilio Pacheco, Federico Campbell, José Revueltas, entre otros.
Niños, jóvenes y personas de la tercera edad convivieron con estas calaveras que medían tres metros de altura y dos y medio de ancho, con un peso de 250 kilos, hechas de acero y cartón, y se tomaron una ‘selfie’ con sus celulares o una fotografía.
San Andrés Mixquic
Un par de catrinas monumentales colocadas en la entrada de San Andrés Mixquic recibieron a nativos y foráneos. Son Frida Kahlo y Diego Rivera -al menos de nombre- los esqueletos gigantes vestidos con trajes típicos mexicanos.
Desde la mañana del sábado, miles de personas acudieron al poblado para celebrar el Día de Muertos. La mayor atracción para los turistas, mexicanos y extranjeros, parecía ser la iglesia rodeada por el panteón.
Pocas tumbas estaban cubiertas de flores y colores. Aunque la mayor atracción se realizó el domingo por la noche, cuando algunos turistas acudieron a Mixquic para tomarse fotos junto a las tumbas.
Las calles aledañas a la parroquia alojan un mercado provisional en el que se ofrecían flores, frutas, tacos, quesadillas, pan de muero y algunas figuras calaveras y catrinas de barro.
Aunque la titular de la demarcación, Angelina Méndez Álvarez, aseguró que durante el festejo no se venderían bebidas embriagantes, abundaban los puestos de venta de cerveza.
Al caer la noche, más visitantes llegaron a Mixquic, el lugar de la República Mexicana más representativo para esta temporada.
Derrama de mil millones por Día de Muertos
El sector comercio en la Ciudad de México estimó una derrama económica de alrededor de mil millones de pesos con motivo de la celebración del Día de los Muertos.
La Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope) de la capital apuntó que el consumo por persona sería de 450 pesos para la temporada, beneficiando giros como florerías, panaderías, venta de dulces tradicionales, recauderías, tiendas de mole y semillas, así como venta de disfraces, que se estimaba podrían alcanzar ventas superiores al 80% en comparación con un día normal.
Sin embargo, de todas estas ganancias, ¿qué tanto son por productos de fabricación nacional y que otras son de importación?
El presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope), Gerardo Cleto López, aseguró en entrevista telefónica que la mayoría de los objetos consumidos para la celebración del Día de los Muertos eran de procedencia nacional, principalmente en el rubro de las flores y los alimentos típicos.
"Seguimos ubicando que muchos productos utilizados para la celebración mexicana son productos nacionales", indicó el funcionario.