¿Cómo fue la fuga de “El Chapo”? SEGUNDA DE TRES PARTES

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En la primera netrega damos cuenta sobre la llamada anónima ciudadana y la egolatría de que le hicieran una película biográfica, fueron factores determinantes para recapturar, por tercera ocasión, a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, a cinco meses y 28 días de haberse fugado del penal de El Altiplano, en el Estado de México, el 11 de julio de 2015.

ARCHIBALDO Y NO JOAQUIN, SU VERDADERO NOMBRE
El nombre real del “Chapo” es el de Archibaldo no el de Joaquín, pero como así se llamaba su abuelo, quien alentaba a su  padre para que lo golpeara e incluso lo corrió de la casa cuando era un adolescente, no quiso llamarse igual y se lo cambió por el de Joaquín.

Nació el 4 de abril de 1957, en el poblado La Tuna, municipio de Badiraguato, Sinaloa, cuna de capos de la talla de Miguel Angel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”; Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”; Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”; Ismael “El Mayo Zambada García; de quien se dice que fue quien lo entregó al gobierno de Enrique Peña Nieto;  Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”; Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto” y otros narcotraficantes de primer nivel.

Guzmán Loera, de apenas 1.55 metros de estatura, de ahí su mote ya que en Sinaloa se les llama “chapos” a los de baja estatura, por chaparritos, se hizo a la sombra de Félix Gallardo, capi di tutti capi, quien mantuvo el control de todo el país durante décadas.

“El Chapo” en sus inicios, sólo era un ladronzuelo de autopartes y gracias a Ramón Laija Serrano, jefe de sicarios de Félix Gallardo, logró ingresar al grupo junto con Héctor “El Güero” Palma. Su agresividad y pericia en el manejo de armas les sirvieron para destacar y en poco tiempo pasar a ser parte de los ejecutores.
 
Cuando Félix Gallardo cayó en desgracia, también se comenta que fue el mismo “Chapo” quien lo entregó, comenzó a encumbrarse pero no pasaba de ser otro de tantos narcotraficantes sin mayor relevancia.

La primera vez que trascendió su fama, fue a mediados de 1991, cuando patrulleros de la Secretaría de Protección y Vialidad del DF, detuvieron en calles de la colonia Jardín Balbuena a cuatro individuos que viajaban en una camioneta Suburban, sin placas de circulación, con vidrios polarizados y armas de grueso calibre. Los desconocidos ofrecieron 10 mil dólares para que los dejaran ir.

Los uniformados se asustaron ante tanto dinero ofrecido y quienes terminaron haciendo negocio, fueron el primer inspector Rogelio Herrera Pérez, alias “El Pispión”, titular del sector Venustiano Carranza; Fulvio Jiménez Turegano, ex motociclista de Policía y Tránsito venido a comandante de la Policía Judicial Federal y Santiago Tapia Aceves, entonces director operativo.

Confesaron haber recibido medio millón de dólares aunque extraoficialmente se supo que habían sido no menos de 5 millones de dólares los que recibieron a cambio de dejar libre al entonces todavía desconocido “Chapo” Guzmán.

El otro hecho que lanzó al “estrellato” al incipiente narco pero que sería su perdición, ya que representaría su captura, ocurrió el  24 de mayo de 1993 cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue abatido por sicarios de los hermanos Arellano Félix, en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, al confundirlo con “El Chapo”.

En menos de un mes, el 9 de junio de ese mismo año, “El Chapo” fue detenido en Guatemala y entregado al gobierno mexicano.

Fue confinado en el penal de Almoloya y a fines de 1995, al descubrirse un supuesto intento de fuga, se le envió al penal de Puente Grande, Jalisco, donde provocó la relajación de la disciplina a tal grado que se sabía que el presidio de supuesta alta seguridad era propiedad de Guzmán Loera, del “Güero” Palma y de Arturo Martínez, líder de “Los Texas”.

 “El Chapo” Guzmán gozaba de toda clase de privilegios: teléfonos celulares, drogas, licor, mujeres, celdas espaciosas, extorsión a reclusos y un completo autogobierno en el que los presos importantes, salían y entraban de la cárcel cuando querían. “El Chapo” no faltaba a ningún partido de fútbol de sus equipos favoritos: el  Guadalajara y el Atlas.

A fines de 1999, la SCJN dio a conocer la aceptación de la procedencia de extradición de delincuentes mexicanos a Estados Unidos, lo que significaba para Guzmán Loera que en cualquier momento pudiera ser enviado al vecino país.

Una prisión que cuenta con filmación en áreas recreativas, comedores, oficinas, sensores en celdas, visita íntima y subterráneos, muros de contención, mallas ciclónicas; zonas electrificadas, control de internos, revisión de celdas cada media hora; rotación del personal de vigilancia, cerraduras electromagnéticas, arcos detectores, zonas de revisión con perros adiestrados y puertas operadas a través de dispositivos electrónicos, es insalvable si no se cuenta con cómplices.

Tras su primera fuga del penal de Puente Grande, su imperio creció a tal grado que sus operaciones se extendieron a varios continentes, lo mismo en América que en Europa e incluso hasta en China.

Su mala fama y poder crecieron a tal grado, que varias veces apareció en revistas internacionales (Forbes y Times), como uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo.
LAS MUJERES DEL CHAPO
La vida sentimental del “Chapo” siempre ha revestido especial importancia para el narco;, a sus 57 años de edad, se ha casado cuatro veces y procreado 10 hijos.

La primera con Alejandrina María Salazar Hernández, luego con Griselda López Pérez, también conocida como Karla Pérez Rojo (en dos ocasiones) y la última vez con Emma Coronel Aispuro.

En 1977, contrajo nupcias en el poblado de Jesús María, Sinaloa con Alejandrina María Salazar, con quien procreó tres hijos: Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y César Guzmán Salazar.

A mediados de los ochentas, El “Chapo” Guzmán se volvió a casar con Griselda López Pérez, también conocida como Karla Pérez Rojo. Con ella tuvo cuatro hijos: Edgar, Joaquín, Ovidio y Griselda Guadalupe López Pérez. En mayo de 2010, Griselda López Pérez, fue detenida por militares en Culiacán, Sinaloa y tras declarar en la SIEDO, se determinó su libertad con las reservas de ley.

En noviembre de 2007, “El Chapo” Guzmán se casó con la entonces reina de belleza de 18 años, Emma Coronel Aispuro en Canelas, Durango, con quien procreó dos niñas, gemelitas, en el 2011, en los Angeles, California.
 
Para la PGR, “El Chapo” operaba en toda la República, en tanto que la Oficina Europea de Policía (EUROPOL), considera que su organización ya ha penetrado en Europa y Oceanía, mientras que el gobierno de Hong Kong liga al capo con las tríadas 14K y la Sun Yee On, de origen chino, con base en Hong Kong, Taiwán y China continental.

Por otra parte, expertos en materia de narcotráfico estiman que pese al tiempo que estuvo encarcelado, su estructura criminal se mantiene intacta a través de su principal hombre de confianza, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”.

Tras su nueva escapatoria y dada la versión de que fue su amigo, subalterno y socio, Ismael “El Mayo” Zambada quien lo entregó a las autoridades en febrero del 2014, se desató una escalada de violencia para cobrar venganza.

Habría que recordar que durante los 13 años que estuvo libre, luego de su evasión en 2001, se registró la mayor ola de violencia y ejecuciones que situó a México en el umbral de una ola de violencia sin precedentes, en la que los narcos cobrarían viejas facturas, prohijadas por “La Madre de las Batallas”, de Vicente Fox y la “Guerra Contra las Drogas”, de Felipe Calderón, lo que dejaría una estela de sangre que cubriría a toda la República Mexicana provocando no menos de 200 mil muertos y desaparecidos, así como miles más de víctimas “colaterales”.
SUS INICIOS EN EL NARCO
La historia del “Chapo” Guzmán, no puede desligarse de la de Miguel Angel Félix Gallardo, líder del Cártel de Guadalajara y capi di tutti capi, que mantuvo el control de todo el país durante más de dos décadas, apoyado en narcos de menor rango como “El Chapo”, que de cierta manera operaba con libertad y mantenía el orden en diferentes estados de la República.
 
Félix Gallardo tenía como ejecutor a  Ramón Laija Serrano, hermano de María Guadalupe, casada con Héctor Luis “El Güero” Palma Salazar, que, al igual que Joaquín, solamente eran raterillos dedicados a desvalijar  automóviles o robar bolsos.

Fue su cuñado quien acercó al “Güero” Palma con Miguel Angel y como resultara sumamente hábil con las armas, desbancó al mismo Ramón y se ganó la confianza del jefe.

Ya como jefe de sicarios de Félix Gallardo, llevó a Guzmán Loera a la organización y lo nombró como su segundo.
 
Cuando cayó en desgracia Félix Gallardo, de quien se dice que fue el mismo “Chapo” quien lo delató, éste formó su propia organización y se invirtieron los papeles con su amigo y compadre: “El Güero” Palma que pasó a ser su segundo.

El secreto del “Chapo” para crecer sin ser molestado fue el anonimato pues durante varios años no hubo nada que hiciera presumir a las autoridades que se iba a convertir en uno de los más grandes capos no sólo de México sino del mundo.

En los primeros cuatro años de las actividades del narcotraficante, el nombre de Joaquín Guzmán Loera simplemente no figuraba en los anales del narcotráfico; ese bajo perfil le permitía operar sin llamar la atención de las autoridades antidrogas.

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