En los últimos 16 años se han discutido alternativas para construir un régimen político distinto y lo que va tomando cada vez más consenso es que México camine hacia un régimen semipresidencial, deba caminar hacia el semi-presidencialismo, afirmó
el analista político Alberto Aguilar Iñarritu.
Durante su participación en el programa “La Agenda de…”, conducido por Roberto Vizcaíno, el político bajacaliforniano explicó que éste régimen semipresidencial tendrá la figura y los elementos presidenciales que se encontrarán involucrados en mayores prácticas parlamentarias, es decir: “tendríamos a un Jefe de Estado y a un Primer Ministro que sería el enlace con ambas Cámaras”.
El analista explicó que debido al momento actual que se vive en términos de gobernabilidad, está definido por los resultados “de lo que no hemos querido hacer, es decir, no hemos querido conformar el régimen político al régimen de la democracia, nos hemos ido solamente a la democracia electoral”.
Modificamos las reglas de acceso al poder, pero no tocamos las reglas del ejercicio democrático del poder, dejamos las reglas antiguas, incluso desvirtuadas porque se le quitaron los ingredientes que las hacían funcionar, entonces ahorita estamos en el peor de los mundos, no terminamos de meter lo nuevo y lo viejo que manteníamos vivo de manera artificial ya no nos funciona
Y esto afecta todas las esferas de la vida pública, problemas de seguridad, temas de consenso para tener un desarrollo público y social, el esquema de la corrupción tan vigente y ten terrible que observamos en éstas últimas historias de los gobernadores.
Todo esto tiene que ver con una discusión, con una historia que se inicio hace más de 16 años con la primera alternancia, han corrido ríos de tinta y propuestas las hay, pero a los mexicanos nos gusta hacer las cosas despacito y complicado.
A lo largo de éstos 16 años se han discutido alternativas de cómo construir un régimen político distinto y finalmente, lo que va tomando cada vez más consenso deba caminar hacia el semi-presidencialismo, es decir, tener un régimen con la figura de los elementos presidenciales se encontrará involucrado en mayores prácticas parlamentarias, tendríamos a un Jefe de Estado y a un Primer Ministro que sería el enlace con ambas cámaras.
Gobiernos de Coalición
Durante la emisión, Aguilar Iñarritu destacó que un punto intermedio se está discutiendo a partir de la Reforma Política del 10 de febrero de 2014 con la figura del Gobierno de Coalición, se modificaron los artículos 76 y 89 de la Constitución para establecer que el Presidente de la República podrá conformar un gobierno de coalición a partir del primero de diciembre del 2018.
¿Qué es un Gobierno de Coalición?, se cuestiona y responde: Es un gobierno que se forma entre el partido que nominó al Presidente de la República y los partidos representados en el Congreso, los necesarios para tener una mayoría legislativa.
Es una manera para resolver en primer lugar el asunto de tener presidentes que no tenían mayorías en sus cámaras, que los llevó a tener muchos problemas en el desarrollo de sus gobiernos. El Pacto por México, fue un intento que tenía sus ventajas y desventajas y para brincar este problemas no podemos hacerlo con pactos parciales.
Es un mecanismo en donde los gobiernos dejan de ser unipersonales y discrecionales de amigos y se convierte en un cuerpo colegiado, donde los secretarios son ratificados por el Senado a propuesta del Presidente y todos tienen responsabilidad política colectiva como gobierno aparte de lo individual como secretarios.
Adicionalmente está sujeto a un enorme nivel de transparencia y control en donde cada mes, una cámara y otra se reunirán con secretario de Gobernación acompañado por todos los titulares de las dependencias para recibir las preguntas de los legisladores para saber del presupuesto anual destinado por diputados y senadores, la gente y el publico pueden conocer la situación que guarda la nación mes a mes en voz directa de sus actores que tiene responsabilidad política.
Hay muchas ventajas que rompen el escenario de la ecuación no resuelta de un presidente unipartidista con un congreso pluripartidista, que de entrada le significa siete vetos y la posibilidad de que pueda operar, independientemente de que haya sacado el 30% de los votos en la elección.
El Pacto por México fue un mecanismo emergente, que tuvo muchas desventajas, la primera fue que dejó a los Congresos como convidados de piedra, los llevo a votar pero no a negociar. Los actores que se vieron involucrados, los afectados y beneficiados no tuvieron voz, eso lo decidieron los dirigentes de los partidos políticos con el gobierno. Eso no es una buena fórmula porque a la hora de las instrumentación ha tenido muchos problemas, no es solo acordar, sino ver cómo hacerlo real.
Si esto si lo vuelves un mecanismo público institucional constante, pues esa es la fórmula para poder operar.
Otra ventaja es que no se hizo obligatorio porque en caso que se rompiera un Gobierno de Coalición ni habría crisis –como ocurre en otros países-, aquí se regresa al mecanismo original en un sistema que te vas a uno u a otro sin que suceda nada.
Esto será muy importante para el gobierno federal pero fundamente para los gobiernos de los estados porque los gobernadores van a tener un verdadero contrapeso de sus congresos, esto lleva paulatinamente a convertir la Ley de Presupuesto en un instrumento sólo modificable por el Congreso para que no tengan el tema que una vez autorizado el presupuesto el gobierno estatal lo mueva como quiera sin un control real.