Ante los integrantes de la Federación Sindical Mundial y de la Unión Internacional de Sindicatos de la Agricultura, la Alimentación, Comercio y Textil, así como de 5 mil campesinos militantes de MST, la Comisión Ejecutiva del Movimiento Social por la Tierra que
encabeza, Francisco Chew Plascencia, afirmó que en 23 años de vigencia del TLCAN los más de 3.5 millones de campesinos perdieron 30% de su poder de compra mientras que con la aplicación del modelo neoliberal a partir de 1982 propició que la pérdida fuera del 40%.
Además, puntualizó, la influencia del modelo neoliberal en las políticas que impulsa el Estado mexicano descampesina y desproletariza a la población rural, y nos venden la idea de que nosotros seremos los futuros empresarios aunque estemos hundidos en la miseria y jamás nos permitan consolidar las organizaciones económicas del mercado por todo la especulación, las prácticas monopólicas y el coyotaje que impera en el mercado interno nacional.
Prueba de los resultados tanto del TLCAN como del modelo neoliberal es que, de acuerdo a cifras del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, en 1992 había 46 millones de pobres y para 2012 la cifra aumentó a 61 millones. Y qué decir de la pobreza alimentaria, en este segmento se ubican 18.6 millones de personas hasta antes de la entrada en vigor del TLCAN y con el acuerdo comercial se ubicó en 23.1 millones de personas.
El dirigente del MST, Francisco Chew Plascencia, advirtió que México está viviendo una situación donde la inconformidad generada por el modelo económico es cada vez mayor y esto está obligando a una definición del camino del país y del terreno político.
A juicio del dirigente campesino el contenido de un cambio político lo define la agenda, lo define lo que se plantee, lo define el programa, por ello, expuso no podemos caminar sin agenda y sin programa.
“No podemos soslayar que la pérdida del poder adquisitivo de los salarios mínimos generales de 1994 a 2016 es de 29 por ciento, mientras que los salarios contractuales registran una deterioro del 30.4 por ciento”, destacó.
De ahí que convocó a construir una agenda clasista desde el sector agroalimentario y la reivindicación del gremio laboral, de los trabajadores agrícolas que sin lugar a dudas no han mejorado como lo muestra la realidad de los jornaleros de San Quintín.
Hizo un llamado: “hay que apropiarnos de los medios de producción por parte de los trabajadores del campo y de la ciudad y eso pasa por una defensa de la tierra, por los recursos naturales, por la cultura de la biodiversidad como patrimonio de la sociedad”.
Consideró que está arrancando la carrera rumbo al 2018 donde se cambiará la Presidencia de la República donde se define la continuidad o el cambio del modelo económico y ahí es donde las organizaciones campesinas deben incidir ante los efectos nocivos que éste ha traído consigo.
Por ello, en los próximos días, lo que permitirá no ser objeto de las presiones y los vaivenes de tipo electoral, será la agenda que integremos: la defensa de la propiedad social ejidal y comunal frente al despojo iniciado con la Reforma Energética.
Asimismo, la lucha contra las mineras, la defensa de la soberanía alimentaria, la capacidad del pueblo de México de alimentarse sanamente y la defensa del medio ambiente, serán prioridad.
Francisco Chew Plascencia, definió a la organización que encabeza, el Movimiento Social por la Tierra, como sindicato agrario que se integra a la Federación Sindical Mundial en busca de una mejora en la calidad de vida de este sector en México.