Cambia el mapa mundial energético; México fuera de él

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Debido al perfeccionamiento en las técnicas de exploración y extracción de gas y petróleo, el mapa ha cambiado en materia energética a nivel internacional, y donde México rápidamente esta perdiendo posiciones en materia de producción y extracción petrolera.

En la última década el mapa mundial de la energía cambió. Estados Unidos –tradicionalmente dependiente de petróleo y gas– está cerca de ser autosuficiente en esos recursos e incluso puede convertirse en exportador neto de energía.

De acuerdo a datos del estudio “Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del Siglo XXI”, realizado por el Instituto Mexicanos para la Competitividad (IMCO), durante el último lustro, la industria de extracción de gas ha experimentado un cambio que está revolucionando la industria energética a nivel global. Esta transformación tiene su epicentro en Estados Unidos, donde se ha venido perfeccionando una técnica para extraer gas y petróleo conocida como hydraulic fracturing en inglés y coloquialmente denominada fracking.

El trabajo reitera que esto tendrá repercusiones geopolíticas: Washington reducirá su dependencia petrolera del conflictivo Medio Oriente y de productores como Venezuela e incluso México.

En ese reacomodo del tablero internacional de energía pierden influencia los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo –entre ellos Arabia Saudita, Irak, Irán, Kuwait y Venezuela– y se reposicionan naciones como Canadá y Rusia.

Por otra parte el grueso de la demanda mundial pasa gradualmente de Norteamérica y Europa a las naciones asiáticas, fundamentalmente China e India. En ese contexto México se apresta a discutir una reforma energética.

“Hasta hace unos años todo parecía indicar que el fin de los hidrocarburos estaba a la vista. La transición hacia el fin del petróleo había estado en la conciencia del mundo occidental desde la crisis del petróleo de 1973, que puso en evidencia el enorme riesgo que implicaba la adicción de las economías avanzadas al petróleo y al gas importado”, señala.

El estudio “Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XXI”, refiere que después, durante la primera década del siglo XXI, “parecía inevitable” la transición de los hidrocarburos –cuyos precios tuvieron un incremento sostenido– a las energías renovables (como la solar y la eólica), cuyas innovaciones tecnológicas las han hecho factibles.

“Sin embargo esa visión ha cambiado profundamente en años recientes. Hoy el mundo vive una segunda era dorada de las energías fósiles. Las reservas probadas de los hidrocarburos se han multiplicado en casi 2.5 veces de 1980 a la fecha. Se ha roto el paradigma del fin de la era del petróleo y nos ha obligado a replantear nuestra perspectiva sobre la oferta de hidrocarburos en las siguientes décadas. Todo parece indicar que los hidrocarburos seguirán teniendo un papel preponderante en la composición de la oferta energética mundial”, sostiene el documento del Imco.

Los expertos coinciden en que este regreso a los hidrocarburos obedece a la revolución tecnológica, la cual permite extraer los recursos fósiles de áreas antes inaccesibles: aguas profundas, arenas bituminosas, formaciones geológicas (lutitas) y otros minerales, como el carbón (gas grisú).

Explican que supercomputadoras capaces de ejecutar billones de operaciones matemáticas por segundo para crear detallados mapas del subsuelo; plataformas petroleras semisumergibles; robots operados desde la superficie del mar, que realizan operaciones a profundidades de varios kilómetros y aun debajo del lecho marino; procesos de perforación capaces de liberar petróleo atrapado en rocas de muy baja permeabilidad, realizando fisuras del diámetro de un cabello, son algunos ejemplos de dichos avances tecnológicos.

CAMBIÓ EL RITMO DE PRODUCCIÓN DE GAS Y PETRÓLEO

El estudio México ante la revolución energética, realizado por expertos del Grupo de Trabajo de Energía del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), indica que el nivel actual de las reservas de petróleo en el planeta alcanzaría para 55 años si se mantuviera el ritmo de producción de 2011.

Pero con los avances tecnológicos, en los próximos años las reservas mundiales aumentarían 340% en gas natural y 350% en petróleo, según el estudio del Imco. Para 2030 –cuando la demanda mundial de energía sea 40% mayor a la actual– más de la mitad del abasto (54.4%) provendrá de los hidrocarburos.

Esta técnica permite la propagación de fracturas en diversas capas de roca en el subsuelo, que a su vez se convierten en conductos a través de los cuales puede fluir principalmente gas, aunque también petróleo.

Este método no es nuevo, la fracturación de roca existe desde mediados del siglo XX, pero no fue hasta este último lustro que se desarrollaron suficientes avances en la técnica para hacer la extracción mucho más rentable. La técnica consiste en la inyección de fluidos altamente presurizados al subsuelo, creando una especie de ductos o caminos a través de los cuales se liberan hidrocarburos que anteriormente estaban atrapados en el subsuelo y eran considerados reservas no explotables.

De esta manera, el cambio tecnológico ha provocado un gran desplazamiento de la curva de oferta de gas, que se ha traducido en un fuerte incremento en la disponibilidad y oferta de este producto.

Como consecuencia, los precios del gas se encuentran en niveles mínimos históricos, cercanos a los 3 dólares por unidad de 1,000 pies cúbicos en comparación con niveles cercanos a los 6 dólares hace cinco años, y muy por debajo de los máximos históricos cerca de 15 dólares observados en el 2007. Adicionalmente, el precio del gas ha perdido su coeficiente de relación tradicional con el precio del petróleo.

Un barril de petróleo normalmente tiene una capacidad de generación de energía, medida en BTUs, seis veces superior a la de 1,000 pies cúbicos de gas (que es la medida bajo la cual se comercializan los contratos de gas).

No obstante, la correlación entre el precio de un barril de petróleo y 1,000 pies cúbicos de gas se ha ubicado históricamente en 12 veces; sin embargo, la relación actual entre el precio de un barril de petróleo y 1,000 pies cúbicos de gas está aproximadamente en 40 a uno. Esto se explica por la fuerte caída en el precio del gas.

La transformación del sector de extracción de gas ha dotado a Estados Unidos, el principal consumidor de energía del mundo, de una fuente alterna de energía económica que contribuye a disminuir su dependencia energética de las importaciones a otros países.

De acuerdo con datos publicados en una nota de Compass Group, el gas shale pasó de representar, en el 2005, 4% del total de la producción de gas, a 24% en la actualidad.

Para algunos expertos, como la Agencia de Información de Energía (EIA, por su sigla en inglés), lo que está ocurriendo en el mercado de gas en Estados Unidos es tan sólo un avance de lo que podemos esperar una vez que estas técnicas de fracturación se propaguen a la extracción de petróleo, como ya ha comenzado a ocurrir en dicho país.

De acuerdo con un artículo de Leonardo Maugeri, de la Escuela Kennedy de Políticas Públicas en Harvard, el boom que viene en el sector petrolero en Estados Unidos no es una burbuja temporal, sino la revolución más importante en la industria petrolera en décadas.

La técnica de extracción vía fracturación tiene sus detractores, quienes basan sus objeciones en preocupaciones ambientales. El argumento principal de dichos opositores es que la extracción de hidrocarburos vía técnica de fractura provoca contaminación del agua en los mantos freáticos, así como contaminación en la superficie vía la migración de los fluidos químicos inyectados al subsuelo y los gases.

A pesar de estas preocupaciones, la mayoría de los expertos coincide en que el riesgo de impacto ambiental de estas nuevas técnicas es menor al que implican las técnicas tradicionales de extracción de hidrocarburos.

Adicionalmente, los riesgos también parecen ser mucho más manejables que los relacionados con la generación de energía nuclear.

Es cierto que el desarrollo de nuevas tecnologías que permiten un consumo más eficiente de energía en maquinaria, equipos, autotransportes, etcétera, ha permitido moderar los incrementos en la demanda de energía, pero la continua incorporación de la población emergente a la economía global y el crecimiento económico siguen contribuyendo a un continuo incremento en la demanda de energía.

Ante los cambios tecnológicos en el mercado energético global, México cuenta con una petrolera que opera con un sistema obsoleto en sus principales áreas de explotación como son exploración, extracción, refinación y petroquímicas. Además de que la constitución prohíbe la asociación estratégica con otras petroleras especializadas en la extracción de hidrocarburos ahora en aguas profundas.

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