Luego del reporte económico presentados por analistas financieros nacionales y extranjeros y el eventual anuncio que hizo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de bajar las expectativas de crecimiento de 3.5% a 2.7% para los que resta del año el sector patronal del país, reaccionó y urgió a la dependencia a fomentar una serie de estímulos fiscales para incentivar la inversión económica.
México está llamado una ser una de las economías más grandes del mundo en las próximas décadas, por lo que se requiere impulsar un crecimiento sostenido mediante un programa emergente de impulso a la inversión y el empleo.
En el documento semanal "Señal Coparmex", propuso potenciar el mecanismo de asociaciones público-privadas para detonar proyectos de infraestructura y agilizar el financiamiento hacia las Pymes en sectores altamente detonadores del empleo, como la construcción o vivienda.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón, dijo que para reactivar el mercado interno en lo inmediato, se puede empezar por mejorar el sistema de estímulos fiscales para la innovación y el desarrollo.
Destacó la importancia de acelerar la implementación de las reformas estructurales para generar certidumbre para los inversionistas.
El dirigente patronal comentó que buscarán una reunión con el Ejecutivo federal para evaluar la posibilidad de estímulos temporales a la inversión y al empleo.
Cualquier estrategia de largo plazo deberá poner en el centro a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), que son las únicas capaces de generar desarrollo y empleo de forma sostenida, mediante una combinación de fomento económico regional y fortalecimiento institucional, concluyó.
Recientemente estas propuestas se hicieron por parte de diversas voces del sector privado y que fueron desoídas ante la creciente realidad que anunciaban los analistas financieros.
La correcta alineación de los estímulos podría hacer una gran diferencia entre un crecimiento promedio de 2.5 por ciento en las últimas tres décadas y un 6 por ciento de crecimiento potencial, consideraron especialistas.
Entre los elementos impulsores del dinamismo de la economía refirieron: incentivos fiscales a la inversión, como restablecer el esquema de depreciación acelerada; mayor valor e integración de las Pymes a las cadenas productivas; educación de calidad; fomento a la innovación y la productividad; y combate a la corrupción.
Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), dijo que los incentivos fiscales bien dirigidos son estímulos para la inversión, para la generación de empleo y para que los salarios aumenten. “El impuesto a la nómina desincentiva al empresariado para contratar a más gente”, añadió.
Por su parte, Daniel Calleja, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), expuso que un factor importante para impulsar el crecimiento es la inversión generadora de empleo, la productividad y competitividad, que reduce la informalidad.
Expuso que la reforma fiscal eliminó el estímulo a la inversión, “no va en línea con lo que requerimos crecer; sería incentivar la inversión con una política fiscal, y la política industrial alinearla con las reformas estructurales”. Calleja apuntó que es necesario que el gasto público se destine realmente a infraestructura productiva.
Raymundo Tenorio, director de la licenciatura de Economía del Tecnológico de Monterrey campus Santa Fe, concordó en la necesidad de volver a implementar el mecanismo de depreciación acelerada, como incentivo fiscal.
“Lo único que va a mover a la economía con un efecto multiplicador es el gasto en inversión productiva, que implica compra de maquinaria, equipo, naves industriales, entre otras cosas”, explicó.
Mejorar la productividad, un mayor acceso al crédito y un mejor Estado de derecho son los factores que impulsarán el crecimiento económico en México en los años posteriores, señaló