Culpan a autoridades de incremento en migración infantil

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Después que el gobierno estadunidense diera a conocer que en tan solo nueve meses detuvo a 52 mil niños de origen centroamericano que intentaban cruzar la frontera norte sin sus padres, Javier Urbano Reyes, especialista en la materia explicó que el fenómeno existe desde hace 40 años y el cinismo de las autoridades mexicanas complicó el problema.

El especialista de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana destacó la “inocencia impropia” de los funcionarios que tienen la enorme responsabilidad de generar políticas públicas de atención a los migrantes han permitido que el desplazamiento de personas sin papeles por el territorio nacional se haya acrecentado en los últimos años.

En exclusiva para El Punto Crítico recalcó que desde hace varios años las decenas de albergues que atienden a las poblaciones migrantes en México han alertado sobre el desplazamiento de miles de infantes que son traficados “por encargo” de sus parientes en la Unión Americana para conseguir una reunificación familiar irregular en respuesta a un sistema legal de Estados Unidos que la rechaza.

Además, criticó que es francamente risible que en los análisis no se haya entendido que la crisis económica y social en algún momento iba a terminar por romper toda la cadena comunitaria en las regiones de origen.

“La expulsión de jóvenes entre los 18 y los 30 años, que era el flujo mayoritario en las décadas de los años 70 y 80, se ha complejizado en los siguientes años con la movilidad de las mujeres e incluso de personas de la tercera edad”, apuntó.

También indicó que el desconocimiento de la realidad socioeconómica en Centroamérica impide proyectar el surgimiento de fenómenos de movilidad emergentes.

“La violencia casi endémica que acosa a parte de las naciones de esta región y el sistema de reclutamiento de las bandas del crimen organizado, como una especie de leva moderna, orillan a los padres a irse del país con la familia entera antes de que sus familiares sean integrados a la fuerza o con amenazas a las tristemente famosas maras o grupos similares.”, explicó.

Precisó que mientras en sus países de origen la violencia no sea controlada continuará la migración de infantes hacia los Estados Unidos a pesar que la frontera sur de México sea reforzada con los mayores sistemas de alta tecnología.

Recalcó la importancia de evaluar la movilidad migratoria infantil, afirmando que la población puede caer en supuestos legales tales como que son ciudadanos de Estados Unidos cuyos padres son inmigrantes irregulares que han sido deportados y que en su intento por regresar a la Unión Americana son asegurados junto con sus progenitores sin una investigación sobre su estatus legal.

MIGRACIÓN INFANTIL, IMPARABLE

En defensa de las acusaciones del gobierno de Estado Unidos acerca de que México permite la migración ilegal, el Instituto Nacional de Migración respondió que en lo que va del año a rescatado a 10 mil 505 menores en la frontera norte del país, evitando que sean encerrados en centros de deportación del otro lado. Cabe recordar que el Servicio de Protección de Aduanas y Fronteras de ese país del gobierno estadunidense dio a conocer que del 1 de octubre de 2013 al 15 de junio de 2014 detuvieron a 15.027 niños de Honduras, 12.670 de Guatemala, 12.146 de México y 11.436 de El Salvador.

México tiene en el norte de su territorio una frontera con ese país de 3.152 kilómetros, mientras al sur limita con Guatemala, con 956 kilómetros, y Belice, con 193 kilómetros. Entre las dos fronteras hay unos 3.200 kilómetros de largo en línea recta. Pero las seis rutas migratorias suman más de 5.000 kilómetros de recorrido de sur a norte.

Para dar valides de lo anterior El Punto Crítico llamó a la Casa del Migrante de Irapuato, afirmando que en desde junio a recibido 152 personas procedentes de Honduras que pertenecían al grupo étnico afrocaribeño garífuna. De ellas, 60 eran niños y niñas.

“Entre mayo y junio, este albergue recibió más de 400 niños, mayoritariamente provenientes de Honduras. Viajaban en grupos grandes. Solo una vez, se quedaron más de cuatro horas”, explicó Antonio, quién contestó la llamada.

El mismo patrón que en otros hospedajes se registró en el Albergue Belén, Posada del Migrante, en Saltillo, capital del nororiental estado de Coahuila, en la frontera con Estados Unidos, donde a partir de mayo la afluencia de niños pasó de un promedio de cuatro cada mes, a cuatro cada día.

“Es una situación extremadamente alarmante”, dijo a IPS el sacerdote Pedro Pantoja, responsable del albergue y un gran especialista en asuntos migratorios.

Aún no está claro qué originó este éxodo de niños y niñas centroamericanos, muchas veces solos, que ya desbordó la capacidad de atención de la Guardia Fronteriza de Estados Unidos y provocó una crisis humanitaria en ese país, según lo declaró su presidente, Barack Obama.

Finalmente el Centro de Investigaciones Pew, con sede en Washington, relacionó estos nuevos lugares de origen de los menores con los índices de violencia.

“Hay una crisis humanitaria, no solo en Estados Unidos, sino en el triángulo norte de Centroamérica, principalmente en Honduras, que obliga a salir de la región a niños y niñas y personas víctimas de la violencia social y política”, dijo a IPS el activista Diego Lorente, del CDHFrayMatías.

El problema puede ser peor, porque miles de menores migrantes que salen de estos lugares no llegan a Estados Unidos. Las organizaciones humanitarias estiman que cuatro de cada 10 niños de este éxodo ni siquiera llegan a la frontera norte.

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