Cooperación México-EU en exploración y explotación

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Una vez puesto en marcha el Acuerdo Transfronterizo México- Estados Unidos sobre Hidrocarburos en el Golfo de México, las principales petroleras estadounidenses garantizan amplia cooperación con México y Petróleos Mexicanos (Pemex) para que se puedan explotar los yacimientos localizados en la llamada Dona occidental, indican reportes financieros en Estados Unidos y en los mercados bursátiles.

Las empresas Exxon, Chevron, Shell. BP y Nexen, en sus reportes financieros reiteran la disposición de cooperar en la exploración y explotación de los yacimientos localizados. Si localizan un yacimiento en lado mexicano tocará a México el 60% de la ganancia y a la empresa explotadora el 40%. En dado caso que Petróleos Mexicanos o el consorcio que se forme con firmas extranjeras encuentren un yacimiento del lado estadounidense se repartirán en un 40% para el consorcio con mexicanos y el 60 para la parte estadounidense.

Datos del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, la firma y puesta en marcha de este acuerdo pone en condiciones a México de realizar una negociación seria con Cuba y su frontera marítima.

Gracias a la entrada en vigor del Acuerdo Transfronterizo México-Estados Unidos sobre Hidrocarburos (ATH), empresas petroleras y energéticas de Estados Unidos se aprestan a colaborar con Pemex en la exploración y explotación de yacimientos de gas y petróleo en el Golfo de México, sostienen expertos en la materia.

El viernes 18 –al tiempo que los senadores mexicanos aprobaban las leyes secundarias de la reforma energética– entró en vigor el ATH “que pone fin a la moratoria para la exploración y producción a la porción de la ‘Dona Oeste’ del Golfo de México”, según lo establece el lenguaje del compromiso entre México y Estados Unidos refrendado en 2012.

En extraña coincidencia –el arranque del ATH y la celeridad con la que legisladores priistas y panistas aprobaron las leyes secundarias de la reforma energética–, el compromiso bilateral da luz verde de manera limitada a la industria petrolera de Estados Unidos, por primera vez desde 1938, de volver a meter mano en la explotación de los hidrocarburos mexicanos.

Harold Trinkunas, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Stanford y especialista en temas energéticos y latinoamericanos de la Brookings Institution en Washington, explica que la nueva cooperación entre las compañías de su país y Pemex no será aquella que temen los mexicanos por medio de la que Estados Unidos se apoderaría de sus recursos energéticos.

Y expone: La participación de las empresas extranjeras en lo que permite el ATH “es de interés para los Estados Unidos porque al mismo tiempo que abre la perspectiva de que México pueda incrementar su producción, aumenta también la producción estadunidense de hidrocarburos. La pregunta: ¿qué destino tendrá toda esta energía?”.

El acuerdo permite que empresas petroleras y energéticas de Estados Unidos –Exxon-Mobil, Chevron, ConocoPhillips, Shell y decenas de compañías con sede en Texas y Louisiana, principalmente– puedan invertir en proyectos de largo plazo para la extracción, refinación y venta de petróleo y gas natural de las reservas del Golfo de México…

Asimismo establece un proceso de cooperación para el manejo de las delimitaciones territoriales marítimas en la región que promueve la utilización conjunta de las reservas transfronterizas.

DETALLES DEL ACUERDO

El acuerdo, firmado desde el anterior gobierno, el 20 de febrero de 2012, y ratificado por el Senado el 12 de abril de ese mismo año, fue decretado por el presidente Enrique Peña Nieto.

Establece la exploración y explotación conjunta en cada lado de la Línea de Delimitación entre ambos países y la distribución asociada de la producción que resulte de los recursos de hidrocarburos extraídos de los yacimientos que se extienden en el límite de la plataforma continental de México y Estados Unidos.

El documento, publicado en el Diario Oficial de la Federación, señala que ambas naciones desean establecer un marco jurídico para explotar de manera segura, eficiente, equitativa y ambientalmente responsable los yacimientos transfronterizos que puedan existir en sus fronteras marítimas.

Los yacimientos que estén más allá de nueve millas náuticas del litoral de los dos países y que sean explotables, total o parcialmente, desde ambos lados de la Línea de Delimitación México-Estados Unidos serán sujetos del pacto que establece la obligación de los dos países de notificar al otro cuando conozca la existencia de un yacimiento dentro de las tres millas continuas a la Línea de Delimitación y si existe un plan para perforar un pozo por parte de cualquier licenciatario.

Cualquier exploración o explotación conjunta de un yacimiento transfronterizo deberá ser aprobada por los dos países mediante un acuerdo de unificación, que incluirá las disposiciones sobre la transferencia de participaciones, la medición precisa de la producción y los “procedimientos para garantizar pagos precisos de regalías y otras recaudaciones”.

El texto señala que no puede empezar a producirse hidrocarburo alguno sin acuerdo entre ambas partes, y en caso de determinarse la existencia de un yacimiento transfronterizo, cuya producción ya inició, entonces la autoridad ejecutiva del país “deberá tomar las medidas que considere adecuadas bajo su legislación nacional para disponer que la continuación de la producción no perjudique indebidamente la aplicación de este acuerdo”.

El documento hace posible los acuerdos de Operación de la Unidad para establecer derechos y obligaciones, “incluyendo los no limitados a la distribución de costos y responsabilidades y de los beneficios derivados de las operaciones”. También se incluyen en el tratado los temas de las instalaciones, como buques de perforación, plataformas fijas o flotantes, unidades de almacenamientos, cabezales de pozos, ductos de recolección y cableado, además de cualquier buque de almacenamiento para transferir la producción a una instalación costa afuera.

El Departamento de Estado de Estados Unidos informó el 3 de mayo de 2013 que con el acuerdo las empresas de ese país podrán explorar nuevas oportunidades de negocio y realizar proyectos con Petróleos Mexicanos (Pemex), al activar zonas de exploración y exploración dentro de la jurisdicción estadunidense, otorgando certidumbre para la inversión de las compañías.

“El acuerdo establece un marco jurídico que fomenta la unificación de las reservas marítimas transfronterizas. Una vez que entre en vigor, concluirá la moratoria actual sobre la exploración y producción del petróleo a lo largo de la frontera en la porción occidental del Golfo de México”, señaló el Departamento de Estado en una tarjeta informativa.

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