Durante la juventud, la gente vive experiencias que tienen un impacto significativo en sus condiciones de vida, marcan sus trayectorias futuras y las posibilidades de bienestar e integración social. Y es que, en esa etapa de la vida, las personas se incorporan a la actividad económica, inician su vida en pareja y empiezan su reproducción, por lo que garantizar la satisfacción de sus necesidades en materia de educación, empleo y salud es un gran reto para los Estados. Así lo destaca la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Consciente de que los jóvenes son un factor determinante en el cambio social, el desarrollo económico y el progreso de las sociedades en las que viven, el organismo internacional celebra el Día Internacional de la Juventud el 12 de agosto de cada año.
Fue en diciembre de 1999 cuando la Asamblea General de la ONU declaró oficial dicha fecha, la cual se conmemoró por primera vez en 2000. La intención era crear conciencia en torno a los problemas que afectan a los jóvenes, y promover el fortalecimiento de sus derechos.
En virtud de que los jóvenes con problemas de salud mental son a menudo estigmatizados y discriminados, este año, la ONU decidió conmemorar el día con el lema “Los jóvenes y salud mental”.
En nuestro país, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), elaboró un reporte con información sociodemográfica proporcionada por diversas instituciones, el cual permite tener una ideade la situación en la que se encuentranlas personas de 15 a 29 años.
De acuerdo con el INEGI, la población joven en México aumentó de 1990 a 2014, de 23.9 a 31.4 millones, y coincide con la ONU al destacar que, para este grupo de población, la educación y el empleo son verdaderos desafíos. Y es que, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el primer trimestre de 2014, 1.2 por ciento de los jóvenes no tenían estudios y 2.8 por ciento no habían completado la primaria.
Asimismo, la deserción escolar de los adolescentes a nivel superior es otro reto. Cifras de la ENOE señalan que 37.5 por ciento de jóvenes de 15 a 19 años cuentan con al menos un grado aprobado en tal nivel, pero no todos asisten a la escuela, sólo 79 por ciento lo hacía.
En lo que toca al empleo, la Encuesta también señala que durante el primer trimestre de 2014, la tasa de desocupación en los jóvenes era de 8.4 por ciento, es decir, casi el doble a la tasa estimada a nivel nacional para la población de 15 años y más (4.8 por ciento). Un análisis por edad mostró que los adolescentes de 15 a 19 años (9.8 por ciento) y los jóvenes de 20 a 24 (9.2 por ciento) tienen el mayor nivel de desocupación. Y es que la falta de experiencia laboral es uno de los problemas a los que se enfrentan al momento de buscar trabajo.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), apunta que un mayor número de jóvenes acepta trabajos temporales: en México, 7.7 por ciento de la población ocupada de 15 a 29 años dijo estar subocupada.
Asimismo, la OIT identifica un desajuste en las competencias laborales de los jóvenes y apunta que “la sobreeducación y el exceso de competencias coexisten con la subeducación y la escasez de competencias”. Este problema se aprecia de mejor manera si se analiza el trabajo informal. El 61.7 por ciento de los jóvenes ocupados se encuentra en esa situación la cual se hace más notoria cuando su escolaridad es baja; 90.3 por ciento de los jóvenes que trabajan no concluyeron la primaria, en tanto, 84.3 por ciento de quienes la completaron son trabajadores informales. Además, un grupo importante de jóvenes (44.8 por ciento) con estudios medio superior y superior se ocupa de manera informal.
En lo que toca a la salud, cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señalan que cada año mueren más de 2.6 millones de jóvenes de 10 a 24 años por causas prevenibles. En nuestro país, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), utiliza el acceso a los servicios de salud como un indicador de carencia social. En ese sentido, y de acuerdo con la ENSANUT, en 2012, 32.7 por ciento de la población de 15 a 29 años no estaba afiliada o inscrita a algún servicio médico y sólo el 33.7 por ciento tenía acceso a tales servicios gracias a un programa social.
Sobre la salud reproductiva, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), apunta que las probabilidades de morir por razones obstétricas, en las adolescentes de 15 a 19 años, son dos veces más respecto a las mujeres que se encuentran entre los 20 y 30 años de edad; para las menores de 15 años, los riesgos son cinco veces mayores. El impacto social de lo anterior ha sido analizado por los especialistas, ya que las madres adolescentes ven limitadas sus oportunidades futuras, dado que la mayoría sufre de exclusión social y pobreza.
Pese a los problemas de salud, educación y desocupación que enfrentan los jóvenes,la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2013 reveló que el tema que más preocupa a quienes tienen de 18 a 29 años de edad es la inseguridad (56.6 por ciento). A los organismos internacionales también les inquieta pues consideran que la inseguridad ciudadana es un obstáculo para el desarrollo humano.
RECUADRO
Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2013, a los jóvenes les preocupa la inseguridad (56.6 por ciento), el desempleo (49.2 por ciento), la pobreza (31.4 por ciento), la educación (30 por ciento), la corrupción (28.6 por ciento), la salud (28.2 por ciento), y el aumento de precios (28.1 por ciento).