El presidente de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles Conejo, advirtió que México se encuentra en un momento de debilitamiento de las instituciones públicas, sobre todo en los ámbitos municipales, cuyas autoridades se ha visto desbordadas y suplantadas por grupos que han llenado el vacío de la autoridad “ante la omisión, la tolerancia, y en ocasiones, la complacencia”.
México, dijo, vive una época de crisis institucional en diversas regiones como Guerrero, Michoacán, Tamaulipas y Estado de México, por lo cual convocó a actores políticos y sociedad a sumar esfuerzos para alcanzar el Estado de derecho.
Por todo lo anterior, Silvano Aureoles afirmó de manera categórica: “Ante los múltiples signos de agotamiento de nuestro esquema organizacional, los diputados no podemos decir que hemos terminado nuestra tarea y con el ejemplo de los héroes insurgentes estará el mejor aliciente para preguntarnos qué está sucediendo, qué podemos hacer y cuál es el sentido de nuestro deber como representantes populares”.
Asimismo, externó: “En el bicentenario de la Constitución de Apatzingán, es nuestro deber seguir construyendo acuerdos que permitan llegar a mejores soluciones para que de esta manera podamos tomar las mejores soluciones”.
El presidente de la Cámara de Diputados, alertó; “Hoy es Guerrero, pero ayer fue Tamaulipas, hoy es Estado de México, pero ayer fue Michoacán. Lo que sucede cotidianamente en nuestro país es evidencia de que las cosas no están bien y que algo no estamos haciendo de manera suficiente”.
Durante la sesión solemne para conmemorar el bicentenario de la Constitución de Apatzingán, Aureoles consideró que los actores políticos deben analizar si ante la desorientación provocada por la crisis, el regreso al centralismo es la respuesta correcta a la debilidad manifiesta de los gobiernos locales.
“Nos enfrentamos al grave riesgo de que se nos agoten las instancias de solución y terminemos por implosionar desde el núcleo del poder público”, sentenció, al tiempo de señalar que al igual que hace 200 años, cuando se promulgó la Constitución de Apatzingán, el Estado mexicano está en deuda con millones de mexicanos “que no alcanzan a ver la luz al final del túnel”.
Por este motivo, hizo un llamado a las fracciones parlamentarias a “hacer un alto en el camino para ver qué está pasando” y reconocer que las “omisiones voluntarias o involuntarias, la colusión y la corrupción le han hecho demasiado daño al país”.
Señaló además que ningún mexicano “puede ni debe dejar” de ver la realidad del país, ni tampoco esperar que la problemática se resuelva solamente con la construcción de leyes y reformas.