La inseguridad y la violencia son parte de los principales factores que limitan el crecimiento de la economía, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo cita el Informe de Seguridad Empresarial en México 2015-2016, elaborado por la American Chamber, que señala que por la inseguridad, 13 empresas tienen considerado suspender sus actividades en las entidades más peligrosas del país para trasladarse a otras más seguras, tres más que el año pasado.
Asimismo, en el 2015 seis compañías salieron del país para ubicarse en Estados Unidos o en Canadá y dos más lo tienen previsto para el presente año. Aunque es un número de empresas es reducido, respecto a las 1,400 empresas que agrupa la Amcham, es una señal de lo que la inseguridad puede generar.
De acuerdo con el documento del CEESP el incentivo que representa la impunidad al saber que aun cuando se cometan actos ilícitos no habrá castigo alguno, complica la coyuntura.
Esta situación hay sido aprovechada por la CNTE en las acciones que ha emprendido en su movimiento contra la reforma educativa, reflejando un estado de derecho débil sin instituciones eficientes que hagan cumplir la leyes.
Operar en un ambiente como este, genera costos considerables que en muchos de los casos llevan a las unidades productivas a tener que cerrar sus operaciones ante la imposibilidad de hacerles frente.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado reconoce que la inseguridad no es un problema reciente, pero la coyuntura ha creado condiciones preocupantes que comienzan a reflejarse en un efecto directo en la actividad económica del país.
Los bloqueos por parte de integrantes de la CNTE en varios estados, así como actos vandálicos como la quema de vehículos y la destrucción de equipo, tienen ya costos importantes:
De acuerdo con cifras aproximadas las pérdidas por las movilizaciones de los maestros suman los 4,200 millones de pesos.
Sin embargo, además de las pérdidas monetarias que esto ha generado, está la afectación en la actividad productiva de diversos sectores.
Se puede mencionar el ferroviario, agroalimentario, de alimentos y bebidas, de turismo, el automotriz y el de la construcción, entre otros, que de mantenerse por más tiempo es casi seguro que tendrá una incidencia negativa en el ritmo de crecimiento de la zona sureste del país, así como en la generación de empleos.
Algunos datos específicos que se han dado a conocer y que muestran el fuerte impacto de este movimiento, señalan por ejemplo, que en Oaxaca ya se reportan cerca de 2,600 negocios cerrados, lo que representa una pérdida monetaria de aproximadamente 197 millones de pesos.
En Huatulco, información proveniente de empresarios hoteleros indica que se han cancelado más de 3 mil habitaciones, mientras que en Chiapas se reporta una caída de 17% en la ocupación hotelera, entre otros.