La actual situación económica de México no es fortuita sino resultado de una larga cadena de errores, ya que en un intento por conservar una economía estable, la deuda total del país ha aumentado 64 por ciento y se ha devaluado la moneda en cerca de 60 por ciento, durante el periodo que va del cierre del
2012 al 2016, explicó el doctor Luis Foncerrada Pascal, director General del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El economista señaló que a pesar de que los ingresos del sector público crecieron significativamente en esos 4 años, los gastos aumentaron a un ritmo mayor. Al cierre del año 2016, el gasto público superó en 580 mil millones de pesos la cifra aprobada por el Congreso, monto que representó un gasto adicional equivalente a 3.3 puntos del Producto Interno Bruto (PIB). El rápido incremento del gasto nos llevó a adquirir una deuda enorme. Pasamos de deber el 37.7 por ciento del PIB a deber el 50 por ciento. Este porcentaje es altísimo y fue en buena medida, causa del deterioro del poder adquisitivo de los hogares, dijo Foncerrada en la charla “Retos y oportunidades de la economía mexicana” realizada en el marco del coloquio El futuro deseable de la política hacendaria y el financiamiento al desarrollo que se llevó a cabo en el Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi A.C.
Definitivamente se necesita una reforma fiscal que controle los recursos del presupuesto que se dirigen a los estados, toda vez que su uso no es del todo transparente ni eficiente, aseguró. Otro gasto público costoso son los programas asistenciales que no reducen la pobreza ni la desigualdad, así como el rubro en el gasto electoral.
Además, como un efecto del elevado nivel de gasto y endeudamiento, hubo un impacto negativo en la balanza de pagos. “La solución en este momento es no gastar tanto e incrementar los ingresos. No obstante, si no baja el gasto gubernamental o no suben las tasas de interés, solo queda una opción para no perder reservas y para resolver la balanza de pagos: devaluar la moneda. Esta es una decisión efectiva porque resuelve la balanza y no gastas tus reservas internacionales, pero es la peor, porque lleva indudablemente a la inflación que estamos viviendo”, explicó quien es investigador invitado en la Universidad de Princeton.
Actualmente, la inflación o el aumento de los precios de la canasta básica es de 8 por ciento, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), organismo encargado de medir la pobreza en México.
La inflación por la que pasa nuestro país, no está relacionada con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene que ver con una devaluación que se viene arrastrando desde el 2012, año en el que el dólar cerró en niveles de 12.96 pesos hasta alcanzar 20.62 pesos a finales del 2016. Una devaluación de casi 60 por ciento provocada por el incremento del gasto y la deuda.
Es importante señalar que la devaluación de la moneda también tiene que ver con el comportamiento de los valores gubernamentales (títulos de deuda como cetes o bonos de desarrollo que ofrecen liquidez) en manos de extranjeros.
A pesar de los efectos negativos que implica, tal parece que México se seguirá endeudando. Para 2018 se anticipan 501.4 mil millones de pesos como ingresos derivados de financiamiento (deuda), pero solo por concepto de pago de intereses serán más de 600 mil millones de pesos, es decir, vamos a pagar más intereses que la deuda que vamos a contratar.
Es necesario diseñar una nueva política económica que permita garantizar la estabilidad macroeconómica (al interior del país) que sea cautelosa para no destruir el poder adquisitivo de la gente, concluyó el investigador.
La charla formó parte del coloquio El futuro deseable de la política hacendaria y el financiamiento al desarrollo, organizado por el Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi A.C. con el apoyo de El Colegio de México y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Pie de foto: El director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, Luis Foncerrada, durante la reunión del Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi A.C. (Foto: Mariana Dolores).