El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado asegura que mientras en México no se logre contrarrestar la incertidumbre de la debilidad externa y se aprueben las reformas estructurales, el atractivo como destino de inversión y expectativas de crecimiento podrían deteriorarse.
En su reporte semanal, el órgano del Consejo Coordinador Empresarial precisa que ante un contexto incierto y de constantes modificaciones en la expectativas, "lo importante es lograr la aprobación de las reformas que se tienen pendientes este año".
Así como hacer énfasis en que si bien el ritmo de crecimiento para este año será moderado, el mayor dinamismo se concentrará a partir de 2014, y de lograrse los cambios estructurales podría considerarse como el inicio de un periodo de crecimiento más elevado y sostenido.
Refiere que México ha logrado una fortaleza macroeconómica importante en los últimos años, aunque está a expensa de lo que pase en el exterior, sobre todo en la economía estadounidense, principal socio comercial de la nación.
"Si nuestro país no puede contrarrestar la incertidumbre generada por la debilidad externa, el atractivo como destino de la inversión podría deteriorarse incidiendo negativamente en el ritmo de avance de la actividad productiva".
Subraya que actualmente las expectativas de crecimiento se han ajustado a la baja, desde niveles esperados de un avance superior a 4.0 por ciento a uno que no llega a 3.0% donde se combinan factores externos como internos para generar un ambiente incierto.
Y es que afirma que la incertidumbre interna "se debe en buena medida a la ausencia de las reformas estructurales", como se infiere en los resultados de la Encuesta de Expectativas del Banco de México que marca dicho factor como el tercer más importante que podría obstaculizar el crecimiento, después de la debilidad del mercado externo y la economía mundial, así como la inestabilidad financiera global.
Menciona que la imposibilidad de lograr el objetivo de crecer por arriba del 3.1% este año sin duda se ha convertido en un factor de preocupación, y para alcanzar el pronóstico de crecimiento se requiere de una tasa promedio anual de 3.9% en los próximos trimestres.
No obstante, recientemente el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas expuso que México tendría que crecer a una tasa de 5.0% en la segunda mitad del año para alcanzar un crecimiento de 3.1% que mantiene la Secretaría de Hacienda.
Con este escenario el segundo trimestre del año tendría que haber crecido 1.2% anual, lo cual después de ver el avance de 4.6 por ciento del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) en abril podría tornarse difícil, a menos que se tenga prevista una caída superior a 2.5% en mayo y un repunte similar en junio, concluye.