El modesto avance de 1.0 por ciento que tuvo la economía mexicana en el primer semestre del año es un auténtico llamado de atención para romper, de una vez por todas, con el avance inercial y dependiente del exterior, consideró la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
En su publicación "Radiografía de la economía y la industria mexicana", urgió a atender el fortalecimiento de las fuentes internas para el crecimiento sostenido y acelerado de la economía, lo que será posible con la aprobación de las reformas estructurales.
Una de ellas es la reforma energética, con la cual se puede ganar mucho si se actúa con inteligencia y madurez, y por ello se pronunció en favor de un debate que, reconociendo la responsabilidad histórica que comparten los legisladores, se articule a partir de ideas, proyectos y propuestas que contribuyan a progreso del país.
Expuso que en el primer semestre del año la economía registró un modesto avance de 1.0 por ciento y la producción industrial se contrajo 1.1 por ciento respecto a igual lapso de 2012, lo que llevó a las autoridades hacendarias a recortar el pronóstico para 2013, de 3.1 a 1.8 por ciento.
Estos datos, estima, confirman que mientras México dependa de lo que ocurre en el exterior y no fortalezca al mercado interno y al sector industrial, seguirá debilitándose la capacidad de la economía para crecer, generar empleos y promover un desarrollo incluyente.
Además, México necesita una reforma energética que impulse la competitividad general de la economía, la modernización y la capitalización del sector, sin renunciar a la soberanía ni vender los activos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
"Debemos decidir entre la inmovilidad o la adopción de decisiones trascendentes que nos permitan aprovechar íntegra y racionalmente nuestros recursos no renovables en favor de la economía familiar y la competitividad de las actividades económicas", subraya.
Apunta que el proyecto de reforma energética constituye una estrategia oportuna y pertinente porque busca elevar la generación de energía eléctrica, petróleo, gas y derivados, empleando las mejores tecnologías y al menor costo posible, en beneficio de hogares y empresas.
Refiere que Pemex y la CFE son empresas públicas con amplio potencial de crecimiento y probada capacidad para responder a los desafíos del desarrollo.
El organismo industrial afirma que, a diferencia de lo que algunos aseguran, las paraestatales no serán abandonadas a su suerte, sino que iniciarán auténticos procesos de ajuste para fortalecer sus operaciones y aprovechar sus potencialidades en favor de la competitividad general de la economía.
México avanzó cinco posiciones (del lugar 53 en 2012 al 48 en 2013) en la más reciente clasificación del Banco Mundial contenida en el estudio "Doing Bussines" correspondiente a 2013, que mide la facilidad para hacer negocios en 185 países.