Durante los últimos meses, México ha estado inmerso en una ola de información relacionada con el uso del cannabis (marihuana, cannabidiol CBD, aceite de cáñamo) como solución terapéutica, algunos de los casos más relevantes relacionados con este tema son el de Grace Elizalde y Alina Maldonado, dos niñas con padecimientos neurológicos que no contaban con opciones para sus problemas de salud bajo el esquema de soluciones médicas tradicionales en el mercado mexicano.
Los casos de estas dos pequeñas incrementaron la consciencia sobre el uso del cannabidiol (CBD), un agente químico derivado del cáñamo cuyas cualidades incluyen el no tener ningún efecto psicoactivo, y que ha probado ser efectivo en el tratamiento del dolor crónico, inflamaciones, así como para la disminución de crisis epilépticas y el tratamiento de algunos padecimientos neurológicos.
Después del Amparo otorgado por la Suprema Corte de Justicia a los miembros de la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART), el Gobierno mexicano comenzó una serie de actividades con la intención de escuchar distintos puntos de vista relacionados con el tema (Salud, Derechos Humanos, Seguridad, Legislación, etc.), revisando su postura sobre una posible regulación en el acceso a esta sustancia. Estas actividades derivaron en un pronunciamiento público del Presidente Enrique Peña Nieto, aprobando el uso del cannabis y sus derivados para fines médicos.
El 2 de febrero de este año, en un hecho histórico, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), autorizó que los padres de Alina Maldonado pudieran importar un aceite de cáñamo basado en cannabidiol llamado “RSHO-X”, dicha aprobación fue respaldada por el Dr. Samuel Garza Morales, quien ha sido un promotor activo del uso del cannabidiol y sus derivados para el tratamiento de distintos padecimientos neurodegenerativos.
Así es como HempMeds se convirtió en la primera y única compañía dedicada al desarrollo de productos derivados del cáñamo industrial, con autorización para distribuir uno de éstos dentro del mercado mexicano, siguiendo un riguroso marco regulatorio, que incluye la valoración médica y posterior entrega de receta, así como la comprobación de que no cuenta con rastros de Tetrahidroanabinnol (THC), el componente psicoactivo de la marihuana.
En palabras de Stuart Titus, CEO de HempMeds, “El cambio se está viendo a nivel global, en Brasil nuestros productos han sido aprobados no sólo para el tratamiento de epilepsias, sino también para el tratamiento de otros padecimientos, incluso en Estados Unidos, el Instituto Nacional de Salud ha realizado investigación sobre el uso de cannabidiol por sus propiedades neuroprotectoras y antioxidantes. Creemos que después de las declaraciones del Presidente de México, se abrirán las puertas para proveer soluciones terapéuticas seguras, como los los productos que la compañía ha estado desarrollando, con el objetivo de tratar distintas enfermedades neurodegenerativas”.
Este tipo de acciones demuestran el interés del gobierno mexicano en proteger el Derecho Universal a la Salud, ayudando a que pacientes puedan acceder a soluciones terapéuticas innovadoras, además de asegurar que estos productos cuenten con altos estándares de calidad, como es el caso del aceite de cannabidiol diseñado específicamente por HempMeds para cumplir con las regulaciones mexicanas que prohíben el uso, distribución o comercialización de THC dentro del territorio nacional. Citando a Blake Schroeder, Vicepresidente de Medical Marijuana Inc. “el mercado de productos derivados del cáñamo es potencialmente grande en México, esperamos que, si las regulaciones lo permiten, diversas compañías puedan participar en una economía que impactará positiva a productores, cadenas de suministro, laboratorios y empresas, sin dejar de lado a los pacientes que recibirán productos seguros y de calidad”.
De acuerdo con la firma Privateer Holdings, el mercado legal de marihuana médica y recreacional podría alcanzar una cifra superior a 1.7 mil millones de dólares al año. Por su parte las autoridades nacionales han optado por permitir que el acceso a este tipo de productos sea sólo bajo ciertas regulaciones, que incluyen calidad e innocuidad, lo que diferenciará a las compañías como HempMeds, por sus altos estándares de calidad desde la fuente de producción hasta la entrega y trazabilidad para los usuarios.