Menos de tres por ciento de los tres mil millones de pares de bases en el ADN humano codifica proteínas, mientras que 62 por ciento del genoma humano se “copia” a ARN (ácido ribonucleico) que no genera proteínas –al que se le llama no codificante– pero que cambia la expresión de los genes.
Selene Lizbeth Fernández Valverde, del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Cinvestav, planteó que cerca de 80 por ciento de las mutaciones que se han identificado en cáncer, diabetes y en la mayoría de los padecimientos humanos están en regiones no codificantes.
Algunas de esas moléculas que no codifican proteínas son los ARN largos no codificantes (lncARNs), de las que recientemente se ha demostrado participan en procesos celulares fundamentales.
En un comunicado expuso que entre ellos están el mantenimiento de telómeros (que son los extremos de los cromosomas y están asociados con el envejecimiento) y el silenciamiento del cromosoma X en mujeres.
También se les ha relacionado con procesos de enfermedad como la metástasis del cáncer, en el caso del lncARN HOTAIR, a sitios de susceptibilidad a diabetes y al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, entre otros.
A diferencia de los microARNs, de los que se conoce bien cómo regulan los procesos de expresión, de los lncARN o ARN largos no codificantes, no se sabe mucho.
Al respecto, Fernández Valverde trabaja en un proyecto para estudiar los dominios de pegado a proteínas de ARNs largos no codificantes a través de microarreglos de proteínas.
En específico, la investigadora se enfocará en un ARN largo no codificante del cual se conocen sus interacciones con proteínas.
“Transcribiremos el lncARN in vitro y lo marcaremos con un fluoróforo verde, una vez sintetizado el ARN se hibridará a un microarreglo de proteínas humanas comercial, lo que nos permitirá identificar a que proteínas se une”.
En un solo experimento se podrá ver a cuáles de entre las nueve mil proteínas del microarreglo se pega y ver si eso concuerda con los datos que se tienen, lo que permitirá verificar si los resultados obtenidos in vivo se pueden reproducir con un ARN sintetizado in vitro, como plantea Selene Fernández.
La experta se hizo acreedora a una de las Becas para las Mujeres en la Ciencia L´Oréal-Unesco-Conacyt-AMC 2016 por su proyecto Validación de la existencia de dominios de pegado a proteínas en un RNA largo no codificante.