“Cuando hay inversión en el sector salud, la derrama económica en los otros sectores es mayor y la relación entre innovación y crecimiento es importante”, aseguró Héctor Hernández, director de Industrias Ligeras de la Secretaría de Economía, durante la charla
“El impacto de la innovación como factor de desarrollo”, que se realizó hoy en el marco de la Tercera Semana de Innovación en Salud en el Palacio de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A partir de un estudio realizado por la consultoría Pugatch Consilium, se establecieron los elementos que favorecen el desarrollo del sector biomédico, llamados factores potenciadores que son: Capital humano, investigación y desarrollo, infraestructura, propiedad intelectual, incentivos comerciales, fortalecimiento del Estado de derecho y el ambiente regulatorio.
“Los países como México deben buscar establecer un ambiente propicio para la generación de un sector biomédico atrayendo la investigación y el desarrollo tecnológico a través de estos factores potenciadores”, dijo Maayan Laufer, Consultor Senior de Propiedad Industrial, de Pugatch Consilium.
De igual forma, al evaluar estos factores potenciadores, la consultoría Pugatch Consilium observó que había un aumento benéfico en la variabilidad económica entre la propiedad intelectual y la investigación clínica.
“La propiedad intelectual en México es relativamente fuerte pero aún no obtiene las variables que puedan atraer la inversión, especialmente en el área de la investigación clínica.
“De acuerdo a una encuesta de opinión ejecutiva global, que mide el pulso en el sector salud al vincular y analizar la relación entre la información de las políticas y el nivel de inversión (que da un marco de referencia de la competitividad), se observa que los ejecutivos de la industria mexicana resaltan dos retos a vencer: El acceso a los pacientes, los retrasos en el ambiente de la investigación y desarrollo, y la brecha entre el registro y el acceso al mercado; y en el campo de la protección industrial, la falta de protección para datos biológicos, al igual que los mecanismos para patentar biológicos”, reveló Laufer, experto en propiedad intelectual e innovación.
También señaló que al hacer una proyección sobre cuáles serían los resultados si México pudiera mejorar su ambiente de propiedad industrial en relación a la investigación clínica, nuestro país podría realizar hasta 110 estudios clínicos cada año, lo que se traduce en 132 mil millones de dólares en ganancias.
“La importancia de los estudios clínicos generalmente no es valorada; sin embargo, esta atrae la inversión y contribuye a mejorar la investigación clínica, lo que a su vez, dota a los investigadores de herramientas para contribuir a la infraestructura hospitalaria. No mejorar el ambiente significa perder la competitividad y México perdería 250 millones de dólares de ganancia. La áreas en las que México necesita trabajar responden a estos siete factores”, dijo.
La propiedad intelectual en México se vuelve entonces un eje de crecimiento económico, aseguró Miguel Ángel Margáin, director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI). “El conocimiento es el elemento con el que se comercializa, con lo que un país genera competitividad y que se fortalece a través de la inversión en investigación”.