Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) crearon y registraron la patente de un producto hecho a base de extracto de la planta Bacopa procumbens, que acelera el proceso de cicatrización en lesiones dermatológicas.
El responsable del proyecto, David Guillermo Pérez Ishiwara, afirmó que esta planta estimula diversos procesos importantes que favorecen la proliferación de los fibroblastos, así como el aumento de algunas proteínas y factores de transcripción que regulan la evolución de la cicatrización de las heridas.
El fitofármaco acelera la cicatrización, lo que favorece el restablecimiento de la integridad del tejido, evita que las heridas se vuelvan crónicas o fibróticas y se puede emplear incluso para curar lesiones en órganos internos.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) señaló que a diferencia de otros productos que se emplean en el proceso de cicatrización, el producto desarrollado modula las tres diferentes fases del proceso: la inflamatoria, limitándola y promoviendo a su vez la migración de células de la respuesta inmune.
La proliferativa, induciendo la proliferación de queratinocitos, fibroblastos y otras células para formar el tejido y, por último, en la remodelación del tejido, provocando el recambio ordenado en espacio y tiempo del tipo de colágena que constituye la matriz extracelular del tejido neoformado, apuntó.
“Estudios funcionales demostraron que desde el punto de vista mecánico las cicatrices formadas de las heridas tratadas con el producto presentaron una fuerza tensil mayor, similar a la piel normal”, definió.
Pérez Ishiwara describió que el uso de productos derivados de las plantas si bien pueden tener ciertos beneficios para alguna patología en específico, pueden provocar efectos tóxicos debido al alto componente de alcaloides de las plantas.
Ante ello, resaltó que pueden tener efectos secundarios muy importantes, generando daños, por ejemplo, a nivel hepático o renal, por lo que a menudo puede resultar peor el remedio que la enfermedad.
Expuso que Bacopa procumbens es una planta rastrera que ha sido considerada incluso una hierba o una plaga, que crece principalmente en el altiplano mexicano, de manera particular particularmente en el norte del estado de Hidalgo, algunas partes de Tlaxcala y Veracruz.
El investigador politécnico indicó que en México no se tienen datos estadísticos que demuestren la relevancia clínica y económica de las heridas en general.
Sin embargo, dijo que se conoce por el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud, que las quemaduras constituyen una de las 20 principales causas de enfermedad, con una incidencia en 2008 de 110.08 casos por 100 mil habitantes.
Pérez Ishiwara adelantó que uno de los próximos pasos para el proyecto es el desarrollo de los proyectos clínicos, para lo cual se ha establecido la colaboración con un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para probarlo en pacientes diabéticos y en quemaduras de diversos grados.
“El IPN tiene la virtud de tener una incubadora de empresas y ahora se permite que los investigadores puedan participar en la generación de empresas, por lo que queremos desarrollar un producto que a nivel de salud pública pudiera estar disponible a precios muy económicos para su uso”, destacó.
Aunque también precisó que desean que este producto ayude a la generación de empleos y de riqueza con el valor agregado que representa un producto mexicano de base biotecnológica.
El especialista enfatizó que por cuestiones de protección no se puede revelar todavía el nombre del producto desarrollado, pero tan pronto como se concluyan los protocolos clínicos estará disponible en las presentaciones de hidrogel y crema.