Desde los puntos de vista ambiental y de la salud pública, el manejo adecuado de los residuos realizado ahora y por las siguientes generaciones permitirá mitigar los impactos negativos sobre el ambiente, la salud, y reducir la presión sobre los recursos naturales.
De los plásticos y textiles desechados en México solo se recicla alrededor del 0.5 por ciento de cada uno de ellos, de acuerdo con Informe de la Situación del Medio Ambiente en México 2015.
El mismo informe evidencia que, hasta 2010, solo 11 por ciento de la recolección de desechos en el país era selectiva, es decir, la separación de los desechos originados por la actividad doméstica y comercial de pueblos y ciudades y su depósito en diferentes contenedores para que sean recogidos y posteriormente reciclados. Las entidades que colectaron de esta forma el mayor volumen de sus residuos fueron Querétaro (57 por ciento del volumen producido en la entidad), Jalisco (40 por ciento) y Nuevo León (30 por ciento). En ese mismo año, 12 entidades federativas no realizaban recolección de este tipo.
Ante la situación anterior, el estudiante de la licenciatura en ingeniería mecánica eléctrica de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Eddier Gerardo Ovando Garciliano, desarrolló el proyecto “Blocks de Plástico, para la edificación de casas y construcciones”, con el que busca contribuir a limpiar su comunidad y reducir el impacto ambiental que generan los desechos plásticos en el ecosistema.
“Yo vivo en una ranchería muy alejada de la ciudad, sin embargo, el problema es igual de preocupante en todo el estado, cada día se tiran toneladas enteras de basura en las calles y los ríos. Tan solo en mi localidad en un radio de 2 kilómetros, entre mis sobrinos y yo recolectamos en un solo día más de una tonelada de basura y solo en botellas tipo PET y HDPE, sin sacar nada de los basureros, todo fue recolectado de las orillas de la calle. La cantidad de basura que hay es enorme y de seguir así, reparar el daño ambiental cada vez será mucho más costoso y puede tornarse irreversible.
“Como una solución se me ocurrió hacer blocks de plástico; para su elaboración primero se necesita recolectar plástico típico de envases de alimentos y bebidas (PET); de envases de leche o zumos, o de productos de limpieza de hogar o químicos industriales (HDPE); asimismo plástico fuerte que se encuentra en algunas botellas, bolsas o muebles (LDPE). El cual es molido en granos de 0.3 a 3 milímetros, al ser triturado se pudo comprobar que muestras de PET, HDPE y LDPE triturado tenían condiciones óptimas para generar los blocks, ya que poseían una medida muy similar a la de los granos de arena.
“En el estudio se prepararon seis blocks de una mezcla de cemento, plástico y agua, los cuales pasaron las pruebas de compresión y resistencia, evidenciado así su confiabilidad comparada con los de un block común de arena, cemento y agua”, dijo Ovando Garciliano.
El block de la mezcla cemento-plástico resulta una buena opción para la construcción de casas pues sus características de resistencia y su precio en el mercado son muy similares a las de un block convencional con la diferencia que este es mucho más ligero.
Un block común pesa entre 14 y 15 kilogramos y su precio ronda los 7 pesos con 80 centavos; el block de plástico pesa entre 7 y 8 kilogramos y tendría un costo aproximado de 9 pesos, que podría bajar mucho más según la oferta y demanda, explicó el estudiante tabasqueño.
Las pruebas de corrosión, humedad, combustión, impacto, vibración y de durabilidad no se han hecho aún debido a la demanda de los equipos que se necesitan para hacer dichas pruebas, sin embargo, el jurado consideró que el proyecto debe seguir adelante, por lo que otorgó a Ovando Garciliano el premio en el reto Medio Ambiente del concurso Vive conCiencia 2017, certamen dirigido a estudiantes de universidades públicas y privadas organizado por 42 instituciones y coordinado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
“No obstante, los blocks de plástico son una opción ecológica en respuesta al caos ambiental que se vive hoy en día en el estado de Tabasco, al utilizar un material que es tan abundante y difícil de degradar naturalmente, se garantiza una forma segura de reducir el porcentaje de los plásticos PET, HDPE y LDPE en los ecosistemas y al mismo tiempo se puede frenar la extracción de arena de los ríos y las playas por parte de las empresas constructoras”, concluyó el estudiante universitario.
Pie de foto: Eddier Gerardo Ovando Garciliano, vive en una ranchería muy alejada de la ciudad, sin embargo, busca una solución creativa al problema de la basura que afecta a todo el estado de Tabasco. (Foto: Zurisadai Palomera).