“Arturo Rosenblueth no solo fue un científico y director fundador de instituciones, sino además fue un pensador y un regalo para México”, considera Pablo Rudomin,
investigador emérito del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), quien tuvo una estrecha relación con el destacado investigador, médico y fisiólogo mexicano.
Con motivo de la presentación del libro biográfico Arturo Rosenblueth 1900-1970, que se llevó a cabo ayer en el CINVESTAV –institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico-, el miembro de El Colegio Nacional refirió que el libro de la autora Ruth Guzik Glantz, egresada de este centro de investigación, parte de una premisa: de la inconsistencia de la memoria histórica que tenemos en el país, específicamente en ciencia y educación.
“No hay conciencia del esfuerzo que hicieron las personas como él o como otros personajes. Se desconoce el esfuerzo que tuvieron que hacer para fundar sus instituciones”, lamentó el integrante del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III.
Esa es la idea del libro –destacar las aportaciones de Rosenblueth- e insistir que ha habido otros que también se deben recordar, como José Adem o Jerzy Plebanski. “Pero el desconocimiento de los alumnos y las personas también es culpa nuestra, de los científicos, quienes debemos formar más los aspectos humanísticos de los alumnos”, reitera el doctor Rudomin.
Una de las preguntas que el libro de Ruth Guzik Glantz, coeditado por El Colegio Nacional y el CINVESTAV, ayuda a responder es ¿por qué se regresó Rosenblueth a México?, si tenía interacción con Norbert Wiener, era académico en la Universidad de Harvard e incluso Walter Cannon lo recomendó como sucesor. “Documentos que encontró Ruth dan cuenta de la xenofobia y racismo a la que estuvo expuesto debido a su origen judío, aunque su familia se había convertido al catolicismo y porque era mexicano”, señala el doctor en fisiología.
El libro presenta cartas donde Cannon trataba de defender a Rosenblueth por su “origen remotamente judío”. Escribía que “no obstante, no tiene las características negativas de los judíos y está casado con una americana, además de que su hermana es monja”.
“Cuando ves algo así como una recomendación en momentos de la Segunda Guerra Mundial, cuando ya se sabía de los campos de concentración, es notable que Rosenblueth vivía en un entorno difícil. Esto habla de una doble moral que se vivía entonces, así como ahora”, indica el doctor Rudomin.
Rosenblueth investigó el mecanismo químico de la transmisión de los impulsos nerviosos y elaboró, con Walter Cannon, la teoría de las dos simpatinas, única que explica los fenómenos de inhibición de los efectos autónomos.
“Contribuyó a establecer la noción de la acción específica de la acetilcolina liberada como causa inmediata de la transmisión de los impulsos nerviosos en los músculos estriados; estudió los problemas del músculo cardiaco y las leyes que rigen el flutter y la fibrilación de la aurícula. Intentó sentar las bases de una matemática biológica y fue maestro de un selecto grupo de discípulos mexicanos”, señala su biografía que puede leerse en el portal web de El Colegio Nacional.
Pero hay que darse cuenta de otras dimensiones menos conocidas del científico, como su obra filosófica, puntualiza el doctor Rudomin. “Él y Norbert Wiener desarrollaron conceptos de la cibernética e hicieron algunos cambios, no es que dijeran cosas nuevas, sino la forma de integrarlas, verlas y comparar el comportamiento de los animales con las máquinas. Fueron principios de la cibernética que también sentaron las bases de la computación”. Adicionalmente, fue autor de obras enfocadas en el análisis de la estética de la ciencia, así como de la investigación científica y tecnología.
Hace algunos días, como parte de la celebración de los 75 años de la fundación de El Colegio Nacional, se realizó la mesa de discusión “Comportamiento, propósito y teleología”, que tuvo como fin conmemorar el artículo del mismo nombre publicado en 1943 por Arturo Rosenblueth junto con los matemáticos Norbert Wiener y Julian Bigelow.
En la mesa, Pablo Rudomin explicó el esquema que plasma Rosenblueth en su artículo. Señaló la diferencia entre comportamiento activo y pasivo, y la división de un comportamiento activo con un propósito. Hizo la explicación del modelo de la “caja negra” y finalmente comentó la idea de homeostasis como el equilibrio necesario para permitir al sistema funcionar adecuadamente.
Pie de foto: En el país no se tiene conciencia sobre su esfuerzo para fundar instituciones, señala Pablo Rudomin, investigador del CINVESTAV, con motivo de la publicación de un libro biográfico del personaje. (Foto: Agencia Informativa CONACyT).