Científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en el desarrollo de un nuevo fármaco que pueda emplearse en el tratamiento de la tricomoniasis, que es la infección de transmisión sexual de origen no viral más común a nivel mundial.
Desde hace más de 50 años el principal fármaco que se utiliza es de la familia de los nitroimidazoles (metronidazol y tinidazol); sin embargo, actualmente existen cepas del parásito Trichomonas vaginalis que son resistentes a esos medicamentos.
Se trata de un proyecto multidisciplinario y multiinstitucional que se lleva a cabo en la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) del IPN, bajo la dirección de la investigadora Claudia Guadalupe Benítez Cardoza.
Destacó que por la resistencia del parásito, las pacientes muchas veces no muestran mejoría y se les administran dosis altas de nitroimidazoles por tiempo prolongado, además la tricomoniasis ocasiona erosión del tejido vaginal, lo cual hace más susceptible la transmisión de los Virus del Papiloma Humano (VPH) y de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH).
La científica politécnica señaló que las dosis elevadas o los tratamientos prolongados también pueden generar otros efectos secundarios como leucopenia (disminución del número de leucocitos), neutropenia (niveles anormalmente bajos de determinados glóbulos blancos denominados neutrófilos), neuropatía periférica y toxicidad del sistema nervioso central, además de que se considera como un potencial carcinógeno en el humano.
Benítez Cardoza advirtió que la importancia de contar con nuevos esquemas terapéuticos, se debe a que a nivel mundial se estima que diariamente se infectan con T. vaginalis millón y medio de personas.
“Desafortunadamente el preservativo no es totalmente efectivo y 99 por ciento de los varones no presentan síntomas como el 50 por ciento de las mujeres, lo que provoca que la infección tenga una mayor diseminación”, alertó.
Indicó que con el apoyo de los investigadores del Laboratorio de Bioquímica de la ENMH, Carmen Portillo Téllez y María Eugenia Cruces Ángeles; de los estudiantes de doctorado Elibeth Mirasol Meléndez y Priscila Estrella Hernández, y del estudiante de maestría Luis Alberto Caro Gómez, se llevó a cabo la caracterización estructural y bioquímica de la enzima triosa fosfato isomerasa (TIM), la cual es fundamental en la vida del parásito Trichomonas vaginalis.
Aclaró que esta enzima también está presente en el organismo humano, pero al estudiar su secuencia genética, describir la estructura y estabilidad térmica, observaron que la enzima del parásito posee dos genes y entre ellos también existen diferencias.
“Observamos que además de contar con una isoforma en el interior de la célula, puede localizarse una isoforma en la membrana del parásito, por ello evaluamos diversos fármacos para determinar cuáles pueden inhibir la función de glucólisis de la T. vaginalis”, señaló.
La investigadora de la ENMH señaló que como parte de su tesis de maestría, el alumno José Luis Vique Sánchez realizó simulaciones por computadora de la interacción molecular (docking) entre los posibles fármacos y la triosa fosfato isomerasa de T. vaginalis.
“Probamos un millón de fármacos e hicimos 100 millones de simulaciones y, con base en esa evaluación, elegimos los 44 fármacos que resultaron ser los más probables a tener una interacción con la enzima”, precisó Vique Sánchez.
El joven politécnico indicó que los cuatro compuestos con mayor potencial de inhibición se probaron mediante ensayos in vitro e identificaron que dos reducen la viabilidad de cultivos de T. vaginalis; es decir, que matan el parásito en un periodo de 48 horas y lejos de dañar el epitelio vaginal, protegen las células.