A una vertiginosa velocidad de 1.600 metros por segundo, la sonda LADEE ha chocado esta madrugada contra la superficie de la Luna. El impacto ha tenido lugar entre las 4.30 y las 5.22 GMT y fue planeado por la Nasa para poner fin a su misión espacial, varios meses después de su lanzamiento.
LADEE era una misión robótica que orbitaba alrededor de nuestro satélite natural para obtener muestras del polvo que lo envuelve y estudiar su origen y características. Fue puesta en órbita el pasado mes de septiembre y ha servido para conocer mejor de qué está compuesto este material abundante en la luna.
Las claves de la misión LADEE
El Lunar Atmosphere and Dust Environment Explorer (LADEE) pretendía conocer más sobre el engorroso polvo lunar, abrasivo y pegajoso, capaz de poner en peligro a vehículos, equipos y astronautas. Estas molestias pudieron comprobarse en las décadas de los 60 y los 70, cuando los Estados Unidos y la Unión Soviética enviaron a nuestro satélite natural una serie de misiones robóticas (Surveyor y Luna) y tripuladas (las Apolo). Los astronautas descubrieron que el polvo se pegaba a todos los materiales, incluidos trajes y equipos, algo que podría ser fatal si dañaba sistemas de soporte vital.
Con este final abrupto de la misión, la NASA confía en que parte de los materiales de la sonda, que tiene el tamaño de una máquina expendedora de refrescos, se hayan vaporizado debido a la temperatura que habría alcanzado (cientos de grados centígrados) por la velocidad con la que habría chocado contra la superficie lunar. Los materiales que hayan sobrevivido al impacto quedarán enterrados en los cráteres, cubiertos por el mismo polvo lunar que habían estado investigando durante los últimos meses.
En los próximos meses se determinará la localización de la sonda y la NASA intentará fotografiar el lugar de impacto con otra de sus misiones, la LRO.