Cerca de las tumbas reales en el Valle de los Reyes, en Egipto, unas excavaciones arqueológicas recientes han permitido identificar el lugar de enterramiento de varios niños así como de otros familiares de dos faraones.
Estas excavaciones, a cargo de un equipo de egiptólogos de la Universidad de Basilea en Suiza, en el marco del Proyecto del Valle de los Reyes de dicha universidad, se han hecho en la zona de la tumba identificada con el código KV 40. Se han necesitado tres años de trabajo para obtener los resultados.
Desde el exterior, sólo una depresión en el suelo indicaba la presencia de una tumba subterránea. Hasta ahora, no se sabía nada sobre las características de la tumba KV 40 ni para quién fue construida o quién fue enterrado allí.
Los egiptólogos calcularon que la tumba se remontaba a la dinastía XVIII, pero suponían que no pertenecía a la realeza. Primero despejaron el pozo de seis metros de profundidad que da acceso a cinco cámaras subterráneas, y después pudieron recoger los numerosos restos mortales y fragmentos de utensilios funerarios.
Los científicos descubrieron restos momificados de al menos 50 personas en la cámara central y en las tres laterales. Basándose en las inscripciones de las vasijas donde se depositaron tejidos extraídos de los cadáveres durante el proceso de momificación, el equipo de la egiptóloga Susanne Bickel ha conseguido identificar a una treintena de personas durante la más reciente temporada de excavación. Títulos como “Príncipe” y “Princesa” distinguen a los enterrados como miembros de las familias de los dos faraones Tutmosis IV y Amenhotep III (conocido también como Amenofis III), quienes están también enterrados en el Valle de los Reyes. Ambos faraones pertenecieron a la dinastía XVIII (Imperio Nuevo) y gobernaron en el siglo XIV a. C.
Los análisis de las inscripciones han revelado que la tumba KV 40 contiene los restos momificados de al menos 8 hijas, hasta ahora desconocidas, de los faraones, cuatro príncipes y varias mujeres de fuera. La mayoría eran adultos, si bien se encontraron también niños momificados, como hemos comentado al principio del artículo.
A pesar de que la tumba fue saqueada varias veces en la Antigüedad, así como a finales del siglo XIX, los investigadores hallaron cuantiosos fragmentos de utensilios funerarios, como trozos de féretros y telas. Los restos y las paredes se han visto muy afectados por un fuego que fue encendido muy probablemente por las antorchas de algunos de los saqueadores de tumbas. Los fragmentos de varios féretros indican que la tumba KV 40 fue utilizada una segunda vez como lugar de enterramiento: Mucho después del abandono del valle como necrópolis real, se enterraron aquí miembros de las familias de cargos sacerdotales del siglo IX a. C.
Los análisis antropológicos así como exámenes adicionales de los objetos fúnebres proporcionarán una visión importante sobre la composición de la corte faraónica de la dinastía XVIII, así como sobre las condiciones de vida y las costumbres funerarias de sus miembros.